Con este relato quisiera cerrar un círculo.
Un círculo donde las experiencias vividas permanezcan inalterables al olvido, cuidadas amorosamente, protegidas por una lealtad sin límites.
Un círculo que tan solo permita que se expanda en él, la riqueza de esos valores que el pueblo bangladesí ha sabido mantener vivos desde los albores de cualquier indicio de vida.
Durante mi estancia en Bangladesh, me sentí invadida por una sensación de atemporalidad, como inmersa en el mismísimo corazón del tiempo. Y a la vez, a pesar de todas las diferencias existentes con nuestra cotidianidad, tenía la certeza de estar en casa, de que ese lugar también era mi hogar, sentía la pureza, la transparencia y la autenticidad en cada gesto, en cada mirada.
Surcamos laberínticas callejas de «slums» y mercados. Deambulamos por distritos en donde se trabaja el aluminio. Nos acercamos a la orilla del río Buriganga, para ver cómo la gente vive allí, en chamizos casi bañados por sus aguas, para transportar las mercancías de grandes navíos que atracaban en la ribera. En otro punto, cruzamos el río para adentrarnos en el «slum» de Char Kaliganj y recorrer sus astilleros. También visitamos fábricas de ladrillos, arrozales y, como no podía ser de otra forma, hermosas plantaciones de té en el norte del país. Pero de todo eso, ya os hablé en mis relatos anteriores https://portaldorado.com/secciones/resplandores/ventana-al-mundo/
Ahora, lo que realmente quisiera es compartir con vosotros el embrujo de esas miradas genuinas, que sé que me acompañarán siempre, con el deseo de que también encuentren un lugar en vuestras vidas.
Expresar la emoción sentida en todos y cada uno de los instantes que formaron este fascinante viaje no ha sido fácil, como tampoco lo es mostrar el agradecimiento que siento hacia Mauro de Bettio, quien lo hizo posible. Llegó a Bangladesh por primera vez hace ya varios años y el país le cautivó, intuyo que quedó atrapado por la enorme belleza de su gente y así lo transmite a través de los talleres fotográficos que allí organiza. Así, viajé convencida de que iba a asistir a un taller fotográfico y me encontré que, en realidad, en lo que estaba participando era en un taller de Vida. Con su generosidad desbordante, Mauro consigue que no solo se abran todas las puertas, también los corazones hasta unirse en un solo palpitar. De una forma sutil, imperceptible, te guía. Allá donde quiera que vayas, su mirada está siempre alerta, esa sonrisa suya cálida, serena, te arropa acompañándote en todo momento. Por todo ello, grazie mille Mauro.
Las imágenes que habéis visto, así como todas las notas en las que se han basado estos escritos, fueron tomadas el pasado mes de febrero, cuando estuve en Bangladesh y la vida fluía en sus calles. En estos momentos cuando el confinamiento ha llegado a todos los puntos del planeta, me pregunto cómo lo podrán afrontar… Cada mañana, todas y cada una de estas miradas penetra en lo más profundo de mi ser. Al agradecer por todo lo que tengo, por todo lo que soy, en mis pensamientos están siempre presentes.
Namaste.
«Honro ese lugar en ti en donde habita el universo entero, honro ese lugar en ti que es un lugar de amor, de verdad, de luz.
Y sé que cuando tú estás en ese lugar dentro de ti, y yo estoy en ese lugar dentro de mí, tú y yo somos uno…
Te reverencio a ti, me inclino ante ti»
No podría terminar sin agradecer a todo el equipo de Portal Dorado la confianza depositada en mí, sin su aliento y su apoyo, no hubiese podido abriros mi corazón en la forma en la que lo he hecho. Y ahora ya sí, cierro ese círculo del que os hablaba, pero no sin antes darte también las gracias a ti querido lector, por permitir que caminemos juntos por este maravilloso país.
Que maravilla Elena,
Leo tus palabras y escucho tu voz en ellas.
Imágenes que captan instantes, vida.
Son un regalo y un legado.
Es un privilegio haber podido compartir algunos momentos contigo. GRACIAS
El privilegio es mío Chelo, de seguir y seguir compartiendo camino. Un fuerte abrazo.
Con tu mirada, miramos y viajamos contigo por esas miradas de rostros hermanos y desconocidos.
Gracias Elena!
Qué bonitas siempre tus palabras Luz, y es que no podían ser de otra forma, brotan de tu corazón. Gracias.
Es maravilloso todo lo que nos transmites!!
Muchísimas gracias!!
Gracias Begoña por tu apoyo en todo momento, por compartir conmigo este maravilloso caminar por la Vida.
Gracias, Elena, una vez más por tus palabras y tus miradas tan llenas de vida. Espero que por mucho tiempo puedas hacer estos viajes tan auténticos, tan alejados del turismo de masas, y que luego compartas tus experiencias con las personas que te admiramos y te queremos.
Gracias a ti Sara, por esas palabras tan bonitas y esos deseos que ¡ojalá se cumplan! Un fuerte abrazo.
Elena eres tú la que ha motivado estas hermosas e intensas miradas. Besos
Gracias Cado, qué bonito lo que dices, gracias!
Nos invades amorosamente con tus vivencias, con las imágenes transmites tus sentimientos, maravilloso Elena, un fuerte abrazo.
Gracias Loli, componer estos relatos me ha ayudado a comprender tantas cosas… a su vez, el poder compartirlos ha sido como un bálsamo sanador. Así que, de nuevo, gracias por estar ahí, a la escucha.
Has captado miradas y momentos de cariño que me llegan al corazón y aún sin conocerles sientes su calidad humana. Espero y deseo que puedan afrontar de la mejor manera posible el maldito virus que nos está invadiendo para lo que deduzco los recursos serán mínimos o carecerán de ellos. Mucha fuerza!!!!
Un beso Elena y gracias.
Montse, qué maravilla tu empatía hacia todo y todos, qué maravilla tu corazón. Muchas gracias y abrazo grande grande.
Elena tienes por pincel, una cámara fotográfica. Felicidades.
Qué palabras tan bonitas, Ana Patricia. ¡Gracias!
Una vez más, gracias Elena, por compartir y transportarnos a la vida cotidiana de esas gentes tan lejanas y cercanas a la vez. Tus imágenes captan el alma a través de la mirada. Miradas llenas de sentimientos y emociones que llegan a lo más profundo de mi corazón. Sigue asi, no cambies. Fuerte abrazo.
Qué alegría leerte Maydo, qué bonito el camino que recorremos juntas. Abrazo grande, grande.
Que maravilla Elena esas caras que hablan solas y que tan bien consigues captar y tan maravillosamente explicar.
Dios te ha dado un don, y tu lo has sabido aprovechar. Felicidades y no cambies nunca. Un abrazo.
Muchísimas gracias Pilar por esas palabras tan bonitas, me llegan realmente al alma.