Los dirigentes políticos se imaginan con demasiada frecuencia que el destino de un país está en sus manos. Puede ser, durante algún tiempo pueden mantener esta ilusión, pero no durará mucho. Todos los que han creído que todo dependía de ellos mismos, han acabado mal. Los tiranos siempre acaban mal: hacen rodar algunas cabezas, y después, un día, es la suya la que acaba por rodar, de alguna u otra manera. Porque en realidad, no son los humanos ( a pesar de lo poderosos que sean ) los que dirigen los destinos de la humanidad, sino las altas Entidades invisibles que observan y que controlan la marcha de los acontecimientos. ¡Observad ese conjunto de imperios formidables que hicieron temblar al mundo y que han desaparecido enterrados bajo el polvo o bajo las arenas del desierto! Sí, hay otras Inteligencias, otras Fuerzas que trabajan hacia una meta desconocida por nosotros. Por lo tanto, es necesario que los humanos traten de comprender y que sean más humildes, de lo contrario más pronto o más tarde se romperán la crisma. Aun las sociedades secretas que creían ser capaces de conquistar el mundo, no lo consiguieron jamás, y muchas de ellas han desaparecido. Mientras que los que siguieron los proyectos de Dios, los grandes Iniciados, a pesar de que a menudo fueron pisoteados y masacrados, no perdieron nunca su ideal. Porque los proyectos de Dios son siempre la salud de la humanidad, su liberación, su felicidad, ¡y ellos lo realizarán!
Omraam Mikhael Aivanhov. El egregor de la Paloma.