Un violinista que ha dado muchos conciertos puede haber experimentado un suceso material. Pero el concierto más exitoso de su vida será aquel en el que pueda disolver la desesperación de alguien o despertar en aquellos que escuchan su música el deseo de ser nobles y buenos, de amar a sus semejantes y amar a Dios.
La Música despierta el centro de la razón en los seres humanos, la aspiración hacia lo sublime y bello, y desarrolla el centro del ritmo, etcétera.
Si un musico trabajara desde su mente, cuando ustedes escuchan su música, todas las luces dentro de ustedes se encenderían. Si trabaja desde el corazón, ustedes sentirían calidez interior. Y si proviene de la voluntad, su música tendría el poder de impulsarlos a progresar.
Dentro de cada uno puede oírse a tres «ángeles»: el de la voluntad, el del corazón y el de la mente.
La soprano trae luz de la Alto, el bajo trae calidez de lo bajo, el tenor trae el poder de la voluntad, y el alto trae los adornos. El bajo es incluido para proveer la base. La soprano trae la belleza. La soprano, más que ninguno otro, representa la Belleza Divina, los demás la rodean para adornarla.
La jovialidad de la música moderna es necesaria para traer la salud. La salud es el resultado de la Harmonía Divina en la Naturaleza.
El tempo en la música puede comprenderse de la siguiente manera: el adagio es como un grano maduro de trigo, su movimiento es lento, el allegro puede ser comparado con el movimiento de los caballos cuando ellos sacuden el trigo.
Si ustedes tocan la misma nota en el violín, primero con un dedo, luego con otro y luego con un tercero, encontrarán una diferencia. Los tonos no serán los mismos.
Los músicos experimentan diferentes niveles de inspiración. La mente del musico, al igual que su plexo solar deben participar en el proceso creativo. Hay veces en que solamente la mente participa y a veces solamente el plexo solar. En el segundo caso faltará claridad.
Para que la voz pueda ser transmitida a larga distancia, primero debe ser transmitida al nivel etérico y luego hacia la atmósfera.
Si un violinista desea tocar bien, él debe imbuir su espíritu en el instrumento. Él debe interpretar la música mientras toca, a fin de que la audiencia pueda entenderla. Por este motivo, el violinista debe pensar mientras toca.
Los músicos son guiados desde lo Alto.
Todos los músicos se sienten perturbados cuando tocan. Ellos se sienten limitados por la idea de que es posible que no sean bien recibidos. Se debería dar total libertad de expresión a los músicos cuando tocan, a fin de que ellos puedan formar una conexión con la audiencia. ¿Que puede ayudarle a una persona para poder cantar bien durante un recital? Uno debe amar a su audiencia. Los músicos deben poder sentir en sus corazones el alma de las personas.
Beinsa Douno.