Frecuentemente se habla de almas similares, de almas colectivas. Sobre el concepto «similares» o «colectivas» debemos comprender aquellas almas que han salido al mismo tiempo del primer manantial de la vida. Por doquier que se encuentren, se comprenden y se aman, aun sin hablar. Si una de estas almas se permite decir a su alma cercana que la ama, introduce limitación en su corazón. Para mantenerte libre, recuérdalo, no tienes que exponer tu amor. El amor no necesita ser expuesto, sino sentido: Si realmente amas, el amado sentirá tu amor sin que se lo digas: Esa es la ley divina. El idioma que expresa el amor es el mas bello y poético de los idiomas. Sólo la poesía y la música pueden expresar el amor humano. ¡Canta tú al amor, excluyendo lo personal! ¡Hazte un cantor, un poeta, un músico del amor! El amor es el único impulso que puede otorgar al hombre condiciones para estudiar, cantar, pintar o labrar la tierra. Si el hombre tuviera como objetivo el amor en su corazón, podría desarrollarse correctamente. Sin amor, el éxito no es posible.
¿Qué pasaría con tu jardín si le faltara agua? Todo se marchitaría. El agua representa la vida que mana del amor, y el jardín, el corazón humano. Si tienes jardín, o sea, corazón, debes tener agua para regado. Esta agua debe venir del gran manantial de la vida y no de pequeños arroyuelos. ¡Anhela el gran manantial que mana constante y abundantemente!
Todos los hombres quieren ser amados. Eso es natural. Pero también es preciso amar. Quien ama, será amado; tal es la ley. Además, no existe hombre en el mundo que no sea amado, aunque ninguno sepa quién es el que lo ama. Tú sientes que hay alguien que te ama, pero no sabes quién te ama a través de él. Por eso mismo te sientes feliz de que alguien preste atención a tu persona. Si es así, presta tanta atención a los demás, como quieres que los demás presten su atención hacia ti.
Beinsa Douno.