¿DESPIERTOS?

Nadie va por delante de nadie. Cada quien se despereza a su manera. No hay un “ring” de siempre inoportuna alarma que nos saque de repente del “sueño”. Infinidad de pájaros aguardan para poder cantar en las alboradas del mañana. Los párpados más íntimos no son persianas, se accionan más lento. 

No hay pueblos, no hay gentes, no hay almas elegidas con despertador en su mesilla de noche. Puede haber sólo almas que entraron antes en la carrera evolutiva y por lo tanto asumen añadidas responsabilidades. Más pretendida evolución sólo implica compromiso y humildad adicionales. Los “médicos despiertos” se están manifestando públicamente e impartiendo conferencias, pero no sé si la fórmula es del todo acertada. Estamos emergiendo de muchas divisiones humanas y seguramente no procede crear otra añadida. Lo apunto con gran respeto y consideración por la labor que ese colectivo realiza. 

Cuando recién empezamos a superar las ancestrales divisiones entre naciones, cuando finalmente empieza a ceder el caduco esquema de lucha de clases, cuando las diferentes fes se hallan a la  búsqueda de un altar compartido…, una nueva división humana corre el riesgo de emerger entre nosotros y nosotras. En realidad, sólo hay una única humanidad que somos llamados a glosar y fortalecer. No hay una “despierta” y por lo tanto otra “dormida”. Sólo hay un conjunto de humanos que somos invitados a ayudarnos los unos a los otros para abrir cada vez más los ojos del alma. Estamos igualmente inmersos en este empuje evolutivo, en medio de esta apuesta de crecimiento global. 

Si nos considerarnos “despiertos”, deberemos preguntarnos a qué ínfima parte de la realidad hemos podido despertar. ¿Hasta dónde puede alcanzar nuestro parco conocimiento ante una Creación interdimensional e infinita que nos desborda? Creo que no suma esa división de “despiertos” y “dormidos”. Constituimos una sola humanidad tomando muy lentamente conciencia de quiénes somos en realidad.

Necesitamos baños de hermandad y de humildad ante realidades que nos sobrepasan. Estamos despertando a la botica oculta, al asombro de lo que nos proporciona la Madre Tierra cuando el cuerpo falla. Estamos descubriendo la ofrenda que representa el agua, el barro, el sol…, estamos aprovechando el sacrificio de la planta y de la flor para sanarnos, pero apenas hemos emergido al misterio inconmensurable de la Vida. Apenas estamos despertando a lo elemental, al más indisimulado arcano. Tendremos que cuidarnos de autootorgarnos esas calificaciones. Mañana nos puede asaltar el pudor de cuando nos creímos “despiertos”. 

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