Siempre haz el bien.

Hay una manera en que Dios se manifiesta a sus elegidos; el gran músico, por ejemplo, en realidad sólo está interesado en sus estudiantes superdotados; el gran pintor, el gran poeta, el gran escultor hacen lo mismo. Por lo tanto, si estamos dispuestos a dedicar nuestras fortalezas, nuestra salud, nuestra vida a Dios, y si somos capaces de soportar todas las dificultades y sufrimientos sin dudar de El, entonces, sólo entonces nos visitará. El que ha vislumbrado el mundo divino está listo para todos los sacrificios, para soportar todo por la causa de Dios.

Tu ideal debe ser sentir, al menos por un momento, lo sublime que es el Amor divino. ¡Es una gran experiencia haber visto la conexión que existe entre todos los seres, desde el más pequeño hasta el más grande!

Siempre haz el bien por el bien, porque es la fuente de todo éxito, es la base de tu vida y tus adquisiciones, ya sea física o espiritual. El Amor Divino, bien entendido y razonablemente aplicado, hacia nosotros y hacia nuestro prójimo, es el verdadero sol de la vida. Aquellos que están despiertos, atentos a la llegada de la una nueva vida, resucitarán.

En el hombre, hay elementos divinos y eternos que se desarrollan constantemente, aunque su esencia permanece inmutable; estos elementos, debe activarlos con amor y fe, a través del estudio y la aplicación, porque es en ellos que reside la fuerza y las posibilidades de crecimiento de su alma hacia la perfección, hacia la luz y la libertad.

El amor es la fuente grande, eterna e inagotable de vida, de la que todos deben beber; entonces gozará de buena salud y una vida creciente en plenitud.

El significado de la vida humana reside en la expectativa consciente del momento en que Dios, la realidad absoluta, el amor, nos visita. Si aprovechas este momento, serás capaz de lograr todas las cosas que puedas lograr. Todo lo demás es sólo preparación en este momento.

La vida no es física ni espiritual; toma estas formas, pero en realidad es divina.

La belleza no está en la forma, sino en la vida divina que contiene.

Beinsa Douno.

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