Uno y otros se pelean por abrirse paso en la mente de los adolescentes, por hablar de cuestiones importantes como la sexualidad en las aulas. ¿En mitad del jaleo interesado y partidista alguien apostará por compartir con los jóvenes que la sexualidad es sagrada, que no es sólo juego y que implica entrega y compromiso?
¿Alguien revelará que la semilla nunca se derrocha, que la caricia ha de ir acompañada siempre de sincera ternura y cariño? Hay tanto peligro en la sotana castradora como en el «¡Viva la Virgen!», en la cerrazón como en el libertinaje. Hay peligro en el adoctrinamiento católico, pero lo hay también en el adoctrinamiento de la banalidad, de la filosofía del usar y de tirar.
Paso en las aulas a quienes hablen en el nombre de un futuro de más conciencia y responsabilidad. Paso a quienes hablen en nombre de las almas que quieren aterrizar en nuevos y luminosos hogares. Paso a quienes desean compartir que la energía sexual sostiene la Vida y el Mañana. No se debe despilfarrar, pues es solar y sublime, la más importante sin duda de toda la Creación.