Perdonar para Amar

Cuando el amor actúa en el hombre, se adapta de acuerdo con el nivel de su desarrollo y según el estado de su cuerpo espiritual. Sabiendo esto, no frenes al Espíritu que trabaja en ti.

El discípulo debe estar en armonía con lo Absoluto y ha de acercarse a Ello con fe y sin temor. Ha de haber armonía entre sus pensamientos, sentimientos y acciones. Ésa será la música interna que colmará el alma del discípulo. Y si vienen condiciones disonantes, que no pierda su carácter.

Debes saber que Dios es la eterna armonía. Cuando sientas en ti esa armonía, sabrás que Dios te ha visitado. La armonía es una condición indispensable para el intercambio entre el discípulo y lo Absoluto, y el intercambio entre el discípulo y su entorno.

Como discípulo de la gran vida, comenzarás este camino de armonía practicando el respeto y el perdón, pues éstas son las primeras condiciones para la aplicación del amor. Pero recuerda: ¡Perdonarás en el nombre de Dios! El perdón no proviene del hombre, sino de Dios. Tú podrás entablar una lucha contigo mismo si tienes que perdonar, pero tienes que triunfar en esta lucha.

Repito: El primer paso que el discípulo debe dar cuando entra en el camino espiritual, es el perdón. ¡Perdona en nombre del Dios del Amor!

Allí donde hay amor, existen condiciones adecuadas para el crecimiento, pues el amor favorece tanto el estudio como el trabajo del discípulo. Por lo contrario, cuando no hay amor, el estudio y el trabajo se tornan muy difíciles y la atmósfera alrededor de quien no ama se vuelve insoportable. Siendo así, aspira alcanzar el vínculo con la Primera Causa con la Naturaleza viviente de donde manan las energías de la vida.

Peter deunov.

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