No descuides tu Paz.

Se exige filosofía en la vida del discípulo. Él debe capacitarse para establecer la paz en medio de todas las contradicciones. El discípulo debe saber qué es la paz como estado interior del alma.

La paz interna es ese mundo donde nacen los nuevos pensamientos, sentimientos e impulsos. Por ello, analiza siempre tus acciones.

Los que crean la paz viven en el fuego divino. La creación de la paz es el Divino Rayo que sale de la profundidad del alma humana. Ése es el motivo por el cual, a los que crean la paz, se los llama «Hijos de Dios».                                                           

Éstos son los hombres del amor, el equilibrio y la unidad. Cuando el hombre alcance la ciencia de la paz eterna, todos los problemas que hoy aquejan a la humanidad se solucionarán. Pero, ¡el mundo tendrá que arreglarse desde el interior de cada hombre!

Tú, discípulo, mantén tranquila tu alma y firme tu pensamiento. Así obtendrás penetración y se aclararán las contradicciones que tanto te turban.

Debes encontrar el sentido profundo de todo lo que te sucede. Ello te permitirá conservar tu equilibrio en medio de las tormentas de la vida. Esto es necesario para penetrar en el mundo de la paz.

Tú has de saber que discípulo es aquél que encuentra la paz tanto en la tristeza, como en la alegría. Del discípulo se exige autodominio. Por lo tanto, analiza siempre tus acciones. La inteligencia precede a la paz.

El lago arremolinado no refleja nada. El lago tranquilo refleja las cimas de los montes, el cielo, el Sol y las estrellas. ¡Conserva tu paz!                            

La libertad es un amplio reino donde el discípulo vive. ¡Cuida tu libertad!

El amor impera solamente en las puras esferas de la libertad. Sólo puede haber amor en la absoluta libertad interna. Porque quien ansía la libertad no debe buscarla fuera, sino dentro de sí mismo.

Cuando el alma despierta ante Dios, ella es libre. Tú no debes limitarla con los caprichos atinente s a tu vida personal. Si tú no lo deseas, nadie de afuera te puede limitar. Mientras estés sujeto a la ley del «karma», tú vivirás limitado; pero si comienzas a vivir para Dios, lograrás tu libertad.                                    

Ésta es la gran libertad ofrecida al hombre, desde el principio de los tiempos.

        ¡Cuida la libertad que Dios te ha dado! ¡Con ella construirás tu carácter!

Tu libertad personal depende de lo que puedas hacer en el mundo. El bien que puedas hacer, ¡hazlo! Entonces serás libre. Si haces un bien, tienes amor. Si no lo haces, no tienes amor, ni sabiduría, ni conocimiento, ni luz, ni libertad. Por eso, se te exige comprensión.

Estudia la Naturaleza viva; estudia la faz interna de la vida mediante la ley del amor. Esto te ayudará a comprender qué es la libertad.

Para realizar la vida en su faz positiva, se necesita libertad. Quiero que tú seas libre, porque sólo entonces podrás desarrollar y manifestar todos tus talentos y habilidades.

¿Quién puede ser libre? Sólo aquel que tiene amor. Libre es quien ama la luz. Libre es quien ama el conocimiento. Libre es quien ama la actividad y el trabajo. ¡Libre es quien ama la vida!

Beinsa Douno.

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