Hoy, sientes la necesidad de liberarte del abrazo de las condiciones materiales de la vida exclusivamente externa y terrenal. Que esta idea y este impulso espiritual os sigan día tras día, y al final alcanzaréis, con todo vuestro ser, un nivel de vida más alto.
La ley dice: «Es la idea que crea formas y atrae las corrientes». Si piensas en un buen ser, la luz brillará en tu mente y el calor llenará tu corazón. Por el contrario, si su conciencia se dirige hacia pensamientos o
cosas o seres malignos, tu intelecto se oscurecerá y tu corazón se endurecerá. La misma ley actúa acerca de nuestra relación con Dios. Si elevas tu pensamiento hacia la Luz Divina, une tu corazón y espíritu con el Señor, el Dios viviente, la fuente de toda vida. Entonces tu conciencia se ensancha y sientes en tu alma una paz profunda y un impulso armonioso.
Si te conectas con el pensamiento luminoso de los ángeles, también te llegarán los sentimientos altos. Si piensas en los animales o plantas, también te influirán ellos.
Eres parte de lo que estás pensando.
A través de la oración, entramos en una conexión con lo Divino, con los seres avanzados de los mundos superiores. Estos contactos hablan del amor divino, revelando cosas maravillosas sobre la vida altamente razonable y libre.
La oración y la meditación también son formas poderosas de comunicar tu relación con el centro sublime del que has salido. ¿Qué surgirá de esta conexión? El trabajo que has hecho. Y es a través de la respuesta que recibirás el intercambio correcto entre tus pensamientos y sentimientos y los de los seres avanzados de los mundos superiores. Si alguien piensa que tiene éxito sin oración y meditación, es porque está en el error más completo.
Al orar, estás en unión directa con todo el universo; así que asegúrate de no descuidar o obstaculizar este proceso tan natural de tu alma.
La ley de la oración es similar a la de la nutrición; si el hombre carece de comida, rápidamente experimenta los efectos de esta privación.
Beinsa Douno.