La Ley de la Justicia Divina

La locura de la guerra envolvía a las naciones. Sobre la Tierra se esparcían la opresión y la violencia. Todo estaba revuelto, confuso y amenazador. Nos preguntábamos como se resolvería la situación. Muchos rostros preocupados se dirigían hacia el Maestro. Durante la tarde, la conversación acerca de la situación mundial comenzó nuevamente.

El Maestro dijo:

Todo el mundo moderno está construido sobre un basamento falso. Cada nación es una parte de un organismo único: la humanidad. Cada nación desarrolla virtudes y habilidades específicas. Cada nación representa un elemento en la Naturaleza y por eso tiene su misión específica en el mundo. Cada nación recibe energías cósmicas específicas, las transforma las comparte con las otras naciones. Debido a esto, cada una ha tenido su lugar e importancia durante toda la existencia de la humanidad. Cada nación debería engendrar una idea que sea beneficiosa para coda la humanidad.

Hoy en día las gentes piensas que son lo único que importa y que todo depende de ellos. Esto no es cierto. Existe un Factor Divino que es ignorado por las gentes. Hay una Ley que dice: Todo acto de gobierno debe tener aprobación Divina. En otras palabras, debe reconocer la Ley Divina en el mundo. Toda persona y todas las naciones deben respetar la Ley Divina en el mundo. Además, la Ley Divina requiere que res­ petemos a todos y cada uno de los seres, protegiendo sus derechos y dándoles las condiciones necesarias para su desarrollo. No dañen la pequeña flor. Cuando leen un libro, ¿arrancan ustedes las paginas? Todos los seres en la Naturaleza son como las letras en las páginas de su Libro. Ustedes no deben borrar ni una palabra, ni ninguna letra en el Libro, a fin de que este no pierda su sentido.

Cada falta a la Justicia Divina acarrea sus consecuencias. Esto es cierto en la vida individual como en la vida colectiva. Ningún jefe de estado o político está exento de esta Ley. ¿Conocen ustedes las consecuencias que sufrirá un político que ha actuado injustamente? Tras su muerte él se reencarnará en un buey que será llevado al matadero. Tan pronto como este buey sea faenado, el entrará en otro buey que también sufrirá el mismo destino. Tras lo cual se reencarnará en un conejo que será matado. El recordará todo esto muy bien. Cuando el vuelva a la Tierra como ser humano, el dirá: “¿Has sido tu un buey que fue faenado, o un conejo que fue matado?” Y después de esto el nunca más violará la Ley de la Justicia Divina.

Esta Ley existe en la Naturaleza: Cada nación que ejecuta a miembros de otra nación, privándolos de sus cuerpos, deberán proveerle cuerpos nuevos. Lo que quiere decir que las personas ejecutadas se reencarnarán en la nación que los ejecutó. Los judíos masacrados por los alemanes, se reencarnarán en Alemania y, de este modo, el espíritu de la nación alemana cambiará radicalmente.

Las naciones deben estar preparadas para la aplicación de las Leyes Divinas. Hacen falta políticos inteligentes que apliquen las Leyes Divinas en el mundo en lugar de crear otras leyes.

Todas las naciones se tornarán más prudentes, ya que la Ley ahora viene en sentido opuesto. Hacen falta políticos inteligentes para que los infortunios y las adversidades que las naciones sufren puedan ser evitados. Pero como esto no está sucediendo, Dios se mueve en la di­ rección contraria. Las naciones se están volviendo más inteligentes y no esperarán a que sus líderes se tornen más sabios.

Si ustedes siguen el camino de la Nueva Enseñanza, ustedes descubrirán el método para pagar sus antiguas deudas. El poder de la Nueva Enseñanza se centra en su capacidad de pagar antiguas deudas. Si ustedes aceptan la Nueva Enseñanza, ninguna deuda quedará sin pagar. Cuando digo “deudas antiguas” me refiero al karma. Las naciones europeas sufren debido a su karma. Ellas viven bajo su peso. Cuando una nación escucha las ideas de la Hermandad de la Luz, ella prospera. Si no las escucha, no le será posible prosperar. Esto es cierto en el caso de Rusia. Si los rusos escuchan atentamente a las ideas de la Hermandad de la Luz, ellos prosperarán.

Beinsa Douno.

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