No contamos con una religión capaz de traer la inmortalidad al hombre. Yo digo que la religión Ortodoxa aún no existe actualmente en el mundo. Cuando digo esto, algunos me preguntaréis a qué religión pertenezco. Yo respondo: a ninguna de las actuales religiones, vacías, sin contenido. Os diré cuál es mi religión y definiré lo que la religión es – la más corta definición: la religión es la conexión entre el Amor y la Sabiduría. No existe mejor definición de religión. Aquél, que ha encontrado esta conexión – Amor, para crear en su alma, y Sabiduría, en su mente – tiene una religión; ha realizado la ley y la inmortalidad en sí mismo. Tal religión nos hará semejantes a Dios. ¿Cómo puede el hombre semejarse a Dios? – si él no muere, puesto que Dios es inmortal. Y Jesús dijo: “sed perfectos, como vuestro Padre es perfecto.” El hombre no puede ser inmortal sin ser perfecto. Alguien podría preguntar: “¿Por qué entonces los santos mueren?” – porque ellos cargan los pecados de la gente. Cuando quedemos libres de nuestros pecados, no moriremos, ascenderemos a un estado que es el corazón de esta Enseñanza – en el cual se vive en el Amor y la Sabiduría. El hombre que no posea este Amor, no podrá ser religioso e inmortal. De acuerdo a esta definición (entendedme bien), ‘no morir’ significa que debéis volveros maestros de todas las situaciones de la Vida: debéis estar igual de alegres cuando sufráis que cuando estéis contentos; debéis sentiros igual cuando perdáis que cuando ganéis. ¿A quiénes debemos elogiar en el momento presente en nuestras vidas? – a todos aquellos héroes que han sufrido y perecido, ¿no es así? ¿A quiénes debemos levantar monumentos y depositar guirnaldas? – a los ladrones, que roban lo ajeno, a los ricos, que acumulan millones, o a los filósofos, que han sido honrados por su conocimiento? – no, a ellos no, sino a aquellos que han sufrido y se han sacrificado por la humanidad, ésta última les debe respeto y gloria.
Beinsa Douno.