Descansamos y conversamos con nuestro amado Maestro en la cima de una montaña. Los pastos y las flores recién comenzaban a brotar de la Tierra. Soplaba una brisa cálida y perfumada. Bandadas de pájaros volaban en lo alto y por encima de ellos las blancas nubes flotaban en camino a algún lugar desconocido. Todos escuchábamos la canción de la vida que se hallaba presente en la quietud Tras unos momentos en silencio la conversación se reinició.
El Maestro dijo:
Algunos dicen: “Yo rezo”. En la oración como en todas las cosas, necesitamos actuar con Amor. Es nuestro primer impulso. El segundo impulso es hacia la Sabiduría Divina y el tercero hacia la Libertad Divina.
El Amor es la manifestación colectiva de todos los Seres Inteligentes que han completado su evolución y se han unido a Dios. Si el amor no es la manifestación colectiva de todos los Seres lnteligentes, entonces no es amor verdadero. Vuestro amor les pertenece a Ellos como también vuestras alegrías. También, el Amor de ellos es vuestro y la felicidad de ellos es vuestra.
Dios y todo el Mundo Divino participan en el Amor. La calidad del amor depende del número de seres que participan en él. Cuanto mayor sea el número de seres participando en el Amor incondicional, tanto más alta será la vibración que este tendrá. Entonces el Amor elevará, curará, y ayudará bajo todas las circunstancias.
Alguno dice que no ama. Esto no es completamente correcto. Mientras esta persona se asemeje al trigo en el granero, su amor no podrá ser demostrado pero, una vez sembrado en el campo, germinará y comenzará a amar.
La profesión de una persona o su estatus social no tienen relevancia. El nivel social es transitorio. Uno puede ser un poeta, un artista, un hombre o una mujer, todos necesitan amar. Amar es dar expresión al Amor de Dios. Debemos llegar a conocer a las personas independientemente de su profesión o rol de madre, padre, medico, etc. Debemos llegar a conocer a cada persona como la manifestación de su alma.
Beinsa Douno.