El Maestro.

Era el día más largo del año. El Sol se ponía en el oeste, dorado y feliz de haberse brindado a todos generosamente. Las rocas estaban tibias. Desde el bosque provenía un aroma balsámico. Habíamos estado sentados alrededor de nuestro querido Maestro en la cima de la montaña. Alrededor nuestro estaba tan claro y brillante como en el Paraíso.

Mientras estábamos sentados en silencio un hermano preguntó: «Maestro, díganos algo acerca de usted, acerca de su trabajo».

El Maestro permaneció en silencio por un largo tiempo y luego dijo:

Yo uso un método natural. Yo no digo que ingredientes están en el pan, pero les recomiendo comer de este pan y ustedes se beneficiarán.

Aquel que quiere forzar sus enseñanzas en las personas, les da agua de una botella, pero en realidad debe de guiarlos hacia la fuente para que puedan obtener el agua allí.

Las gentes dicen acerca mío: «Usted es un hombre santo». Olvídense de esto. No es importante quien soy yo. Ustedes deben preocuparse acerca de cómo obtener el mayor beneficio a través mío. Den gracias a Dios que han hallado este manantial que está fluyendo. Y acerca de mí mismo, yo no hable. Alguien pregunta: «¿Es este manantial proveniente de Dios?» Si ustedes pueden obtener beneficios de este manantial, es porque proviene de Dios. Yo deseo que lo que ustedes han hecho y trabajado comience a brillar.

Hay algo inusual en el mundo, y esto es lo Divino. Yo quiero conectarlos con eso. Esto es lo que yo predico. Para poder comprenderlo, ustedes deben caminar en el sendero del Amor.

Yo no poseo consideraciones personales. Yo solo deseo cumplir la Ley de Dios. Yo solo hablo de lo que Dios me dice. Cuando Dios me dice que vaya a algún lado, yo sé que las personas allí me necesitan. Yo quiero cumplir la Voluntad de Dios tal como Dios lo ha ordenado. ¡Sea Su Nombre santificado!

Dios ha sido tan bueno conmigo que yo quisiera pagarle con toda mi gratitud. Yo también quiero que ustedes sigan mi ejemplo. ¿Ustedes me conocen? Ustedes dirán que yo les he predicado, pero en el presente yo solo los estoy preparando. Ustedes dicen que yo se muchas cosas. Eso es cierto. Yo vivo simultáneamente en este mundo y en el Otro Mundo. Cuando voy al Sol yo viajo a velocidades mayores que la de la luz. Por la noche, cuando quiero estudiar los mundos, yo salgo y visito lugares donde ningún pie humano puede posarse y ningún ojo humano puede penetrar. Tras eso, regreso nuevamente. Yo tengo un instrumento con el que se pueden observar los mas remotos soles. Todos pueden probar esto. ¿Cuándo? Cuando ustedes desarrollen dentro de si los talentos que Dios ha puesto en sus almas. Para lograr eso, ustedes deben tener entendimiento. Yo llevo a cabo experimentos espirituales que requieren condiciones especiales. Esto es una ciencia, un arte, que solo puede ser transmitido a aquellos que están listos para servir con Amor y desinterés.

Es una ilusión creer que uno puede existir sin un Maestro Espiritual. Sin un Maestro Espiritual el estudiante no logrará nada. Si ustedes aman a su profesor y su profesor también los ama, el les enseña su conocimiento y ustedes lo entienden. Si ustedes no lo aman, no importa cuánto les hable, ustedes no lo pueden comprender. Él puede amarlos, pero si ustedes no lo aman, él no puede pasarles su conocimiento.

Si ustedes pudieran aplicar una centésima parte de estas enseñanzas, ustedes se sentirían realizados. Yo no espero más de una centésima parte. Hoy todos ustedes pueden ser realizados. ¿Como? Cuando creen en mis palabras. Permanecer un año conmigo será suficiente para aprender más que si solo me escucharan. Peros si ustedes desean sentir la Misericordia de Dios, ustedes deberían seguirme por miles de años para que yo pueda enseñarles y hacer que estén listos. Esto no es fácil.

Cuando yo regrese a Aquel que me ha enviado, El me preguntará: «¿Cumpliste con la tarea que te encomendé?» Si hubiera algo que yo no hubiese cumplido, yo vendré nuevamente. Si no completo mi trabajo la segunda vez, yo vendré vez tras vez hasta que me pueda decir: «Has completado tu tarea correctamente».

Si ustedes hablan de amor terrenal, yo no los amo con este amor. Si ustedes dicen que yo no los amo como sus Ángeles los aman, ustedes están equivocados. No hay nadie en la Tierra que ame a sus almas tal como yo las amo. Yo quisiera que ustedes también amaran a las almas humanas de este modo.

Algunos me preguntan: «¿Conoces a Cristo?» Yo lo conozco, yo hablo con El, he hablado con El muchas veces.

Para que un Gran Maestro pueda manifestarse, todos los Seres Iluminados deben estar unidos a él.

El rey debe vestirse del modo más humilde a fin de mantenerse discreto.

Beinsa Douno.

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