El Alma humana.

El Maestro aprovechaba toda oportunidad disponible para enseñar a sus discípulos. La pendiente frente a la casa del hermano Temelko era empinada, rocosa y seca. Tras observarla, el Maestro descubrió un poco de humedad en un lugar. Él nos pidió que comenzáramos a excavar y el   trabajó con nosotros hasta que encontramos agua surgente. Construimos un    receptáculo y dirigimos el agua hacia él. El receptáculo comenzó a llenarse.

Este era el segundo manantial que descubrimos y el Maestro lo llamó «El Manantial de la Salud». Con esto, el Maestro nos ensenó a no desaprovechar ni el menor de los Dones Divinos.

El manantial fue embellecido: se construyó un camino, y debajo de él   se plantó un jardín de vegetales regado por su agua. La lección era clara, y las imágenes fuertes. De este modo, los discípulos lo recordarían fácilmente. ¿No se asemeja una persona a un manantial? Cuando la obra estuvo con­ cluida, el Maestro dio una explicación de la Tercera Ley: Amor para con uno mismo.

Amarse a uno mismo significa amar a Dios dentro de uno mismo. Servir a uno mismo implica trabajar en uno para desarrollar la imagen de Dios dentro de su ser. Amarse a uno mismo implica no tolerar ningún pensamiento, sentimiento u obra negativos, Amarse a uno mismo significa no hacerse daño o desarrollar malos hábitos. Las personas que no respetan estos preceptos no se aman a sí mismos. Por lo tanto, ustedes no pueden amarse a sí mismos si no aman a Dios. Amarse a uno mismo implica ser perfecto.

Si no podemos percibir el profundo significado de la Vida, perdemos las bendiciones de los Seres Inteligentes de la Luz que traen Vida Divina nos brindan el conocimiento. Ustedes deben saber cuál es el significado de la Vida. Es más sublime que lo que podemos imaginar. El significado de la Vida es la perfección del alma humana.

Un hombre vino a verme y me preguntó: «¿Cuál es el significado de la Vida?» Yo le dije: En el Universo hay aproximadamente un millón de estrellas y alrededor de cada estrella hay doce planetas. Usted debe visitar todas estas estrellas y planetas, y usted debe vivir en cada uno de ellos por cien millones de años. Solo entonces comprenderá el sentido de la Vida en su profundidad.

Beinsa Douno.

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