»Depende de nosotros».

De la misma manera, en el ser humano penetran las ideas negativas, de cuyos pensamientos impuros te debes proteger. Y todos ustedes, que caminan aquí y allá en la naturaleza, ¿no la ensucian? ¡Cuántos criados tienen que trabajar después de tu excursión, para limpiar tus impurezas! Algunos seres humanos afirman ser puros e incluso santos, pero dejan sus impurezas por todas partes:  comiendo aquí y allá, dejan sus desechos por todas partes. Mientras lleves tus impurezas en ti, tampoco serás santo ni puro. Si observas la pureza en el mundo físico, también serás puro en el mundo mental y en el mundo espiritual. Alguien me dirá que cree en Dios, que tiene un ideal sublime y, sin embargo, no se ocupa de la pureza completamente ordinaria en el mundo físico. No, pero cada uno de ustedes debe tener pureza en todos los aspectos: pureza física, pureza mental y pureza espiritual.

Dices, »Depende de nosotros». Lo que depende de ti es mantener la pureza absoluta a lo largo de tu vida. Sin embargo, la vida misma depende de Dios. Si quieres estar sano y alegre, que cada sentimiento, cada pensamiento y cada actividad en ti tendrá que ser penetrado por la idea de pureza. Esta es la única manera que les permitirá tener la bendición divina. Ahora echas a perder y estropeas todo lo que Dios te da y así te expones a la muerte. Finalmente es hora de que el ser humano renuncie a su pequeña y mezquina autoestima. ¿Qué importa si alguien dijo algo malicioso sobre ti o alguien te insultó? ¡No te interese lo que es negativo y no aceptes pensamientos negativos en tu conciencia y en tu espíritu! Aunque todos los demás humanos no te respeten, puedes trabajar y hacer todo tu trabajo de una manera que les haga apreciar tu dignidad y honestidad. Trabaja durante diez años constantemente con el fin de desarrollar una fuerza y poder en ti. Y un día, cuando te veas a ti mismo cuando manifiestes tal fuerza y aptitud, tus compañeros dirán por su cuenta: «Deja a este hombre en paz. No juegues con él. ¡Es un hombre fuerte!» Mientras que ahora vas a un pueblo y no puedes mover ni una piedra, necesitas las más mínimas ayudas, y además, y pretendes que ser respetado. Y después de todo esto, dirás que estás hablando con Dios. El que habla con Dios es un hombre fuerte y poderoso, es capaz  de mover  des montañas.

Beinsa Douno.

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