Aceptación no es sumisión

La invitación a superar el paradigma de la confrontación, no debe de ninguna forma entenderse como sugerencia de pasividad ante cualquier forma de opresión, abuso o explotación. La dignidad humana, el principio superior de solidaridad universal, nos invitan no sólo a solidarizarnos con cualquier persona que padezca cualquier género de abuso o explotación, sino que nos sugieren a poner los medios para atajar esas injustas situaciones. La no-violencia activa implica una gran fuerza interior que podemos invertir en la emancipación humana, en la lucha contra la opresión. También en tratar de ganar la conciencia del ignorante que patrocine ese abuso o explotación.

El coraje y la firmeza ante cualquier clase de explotación no han de confundirse nunca con agresividad u ofensividad. Éstas sólo denigran las nobles causas. Las medidas drásticas anti-COVID tomadas por los gobiernos no se pueden interpretar como abuso o explotación. Por mucho que no sean de nuestro agrado, son respaldadas por la inmensa mayoría de nuestra ciudadanía. Lejos de arremeter contra los gobiernos, habremos de ir ganando con argumento y amabilidad para la casa naturista al conjunto de la población.

Aceptación no es para nada sumisión o pasividad. Puede ser también compromiso para llevar de la forma más didáctica, creativa y comprensible al mayor número de ciudadanos/as, la necesidad de abrazar una vida más saludable y natural, más en comunión con la Tierra, nuestra Madre. Puede ser emprender una labor didáctica tendente a revelar que las enfermedades infecciosas que estamos padeciendo, tienen su innegable y más que probado origen en la destrucción de la Madre Naturaleza.

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