La fuente de la vida es el Amor. El Amor trae la plenitud de la vida.
La vida se vuelve real cuando el hombre llega a conocer el Amor.
Si el hombre no comprende el Amor, no puede comprender la vida. Si no entiende la vida, no puede entender el tiempo, en el que la vida fluye como un proceso continuo. Y si no comprende el tiempo, perderá el ritmo musical de la vida y caerá en una serie de condiciones inarmónicas, que le causarán mucha infelicidad.
Lo más grande además del Amor es la vida. La vida es el fruto del Amor. Sin embargo, el Amor y la vida no son lo mismo. En la vida hay dos procesos en constante acción: uno es el proceso de construcción, y el otro es el proceso de destrucción.
En el Amor, estos dos procesos no existen. El Amor es algo puro y unificado. En la vida, sin embargo, hay diferenciación.
La vida sin amor no tiene sentido. Una vida así es una cadena de sufrimiento, de caídas y renuncias sucesivas.
La vida no puede manifestarse sin Amor.
No hay vida sin Amor.
El primer camino de la vida es el Amor. Para demostrar que estás vivo, debes amar.
El sentido de la vida está en amar y ser amado.
La vida es el esfuerzo del Espíritu por manifestarse en el mundo exterior, hacia la periferia. Cuando el Espíritu se manifiesta en la periferia y comienza su trabajo, decimos que la vida se manifiesta en su estado elemental, como vida temporal.
La vida temporal es sólo una sombra de la vida, o la proyección más pequeña de la totalidad de la Vida.
La Vida eterna contiene infinitas posibilidades. Tiene en sí misma todas las condiciones necesarias para un crecimiento sabio.
Entendemos que la totalidad de la Vida es la Gran Alma Universal, que se manifiesta en toda la naturaleza viviente.
Nuestras almas son partes o miembros de esta Gran Alma. Para que el gran principio de la Vida se manifieste, debe tomar alguna forma que corresponda a su aspiración y movimiento. La aspiración es el impulso inteligente interior y el movimiento es su expresión física.
Sin embargo, la Vida no se manifiesta en una sola forma, sino en una multitud infinita de formas. Cuando varias formas se unen y crean una forma mayor, decimos que esta vida está sabiamente organizada. Entonces todas las formas aspiran a dar manifestación a esta forma superior.
La vida nunca termina; continúa eternamente. Sus formas externas están sujetas a la destrucción, pero la Vida continúa para siempre. Nada puede aniquilarla: La Vida es más poderosa que la muerte.
Beinsa Douno.