El Amor del Uno.

Había días en que la casa del hermano Temelko se llenaba de visitas. La gente venía de la ciudad y de todas partes de la campiña. Todos querían ver al Maestro, hablar con él a fin de recibir instrucciones, aliento y consejos. El Maestro recibía a los huéspedes en forma privada o en grupos dentro de su pequeño cuarto, en donde los escuchaba y hablaba con ellos. Los almuerzos eran comunitarios, como si estuvieran en familia. El pequeño comedor se llenaba hasta rebosar, y las hermanas servían la comida. Después del almuerzo, habitualmente cantábamos algunas canciones y posteriormente el Maestro hablaba.

Un hermano le preguntó: «¿Durante estos tiempos difíciles, que deben hacer los hermanos y las hermanas?»

A lo que el Maestro respondió:

Estudien las clases y los sermones. Uno debe comenzar en el principio y luego aplicarlos. Cada Palabra es pronunciada bajo una con­junción particular de los planetas y del Sol. Nosotros estamos bajo la influencia de los cuerpos celestes: la Tierra, el Sol, y también el Sol central. Y cada posición de estos tres cuerpos celestes, tanto, así como los demás, la Idea y la Palabra de Dios se manifiesta de un modo específico.

Dios le ha dado a todos los seres lo que es esencial. Aun así, hay casos en que el alma humana pasa de un estado a otro. Durante estas etapas transitorias, tristeza y oscuridad pueden penetrar la consciencia humana hasta tanto el individuo entra nuevamente en la Consciencia Divina -en el Amor- dentro de la cual se encuentran la Luz y la Felicidad. Atravesar estas etapas transitorias es necesario para la evolución de una persona. Durante estas condiciones intermedias, la persona habita en el Amor, pero su conciencia obnubilada le impide ver la Luz. Por lo tanto, cuando ustedes están tristes, ustedes deben darse cuenca que están cruzando de un estado de su conciencia a otro. Este paso de la conciencia humana a la Divina siempre trae consigo algo nuevo. Algunos dicen «Yo experimento muchos sufrimientos”. Cuanto más grandes y extensos nuestros sufrimientos, tanto más grande y poderosa nuestra subsecuente Felicidad y Amor. Esto puede ser verificado. No es una abstracción, sino que está científicamente comprobado.

Beinsa Douno.

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