Vida plena.

Cada amanecer introduce un nuevo impulso en el hombre. La energía vital sólo se recibe a la hora del alba. ¡Deja que esas poderosas fuerzas trabajen en ti! ¡Levántate al alba! ¡Sal fuera y recibe el Sol! Si el discípulo recibe el Sol cuando alborea, obtendrá inspiración. Quien duerme demasiado está expuesto a la inercia y la enfermedad.

Si el hombre no sale para exponerse al Sol, si no recibe suficiente luz y calor, el Sol no tiene sentido para él. El aire que respiramos es portador de energía solar, es un acumulador de energía. Tú tienes que recibir el aire, la luz y el calor para liberar la vida en ti. Si puedes realizar este proceso, tendrás salud y no malgastarás la energía.

Recuerda: El alba es música. El primer violinista en la Naturaleza es el Sol, y el primer rayo que emite es su primera aria. Si tú observas la salida del Sol y no escuchas esta música, nada obtendrás de tal momento. Del Sol puedes recibir lo que ninguna ciencia o filosofía podría darte. La luz es sólo la faz externa de su fuerza. ¡Aprovecha las fuerzas vitales e inteligentes de la Naturaleza!

El discípulo ha de vivir en la luz. Éste es el único camino real La sombra es ilusoria. Busca la luz que no tiene sombras. Evita los pensamientos y sentimientos que introducen sombras en tu conciencia. Lo material echa sombra sobre la vida. Esto es lo que destaca a la materia. Como consecuencia de esta sombra aparece la negatividad. Sólo el espíritu no echa sombra sobre la vida. Por esto mismo, en tu vida debe haber luz, pues la luz revela la belleza del espíritu. En la luz, todo crece y fructifica. La luz es el único alimento para el alma.

Beinsa Douno.

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