Hay dos causas principales que producen enfermedades y sufrimientos : la primera es física –la alimentación y la respiración incorrectas-, la segunda es psíquica- la reflexión y los sentimientos incorrectos.
Gran parte de las enfermedades se deben a los trastornos de los sentimientos : muchas enfermedades son debidas a la confusión de la reflexión. Cuando las enfermedades son causadas por los disturbios en la reflexión, tocan el sistema muscular y los pulmones. Cuando los trastornos tienen más bien un caràcter sentimental, atañen al corazón, el hígado, el sistema respiratorio y los vasos sanguíneos.
Los pensamientos del hombre penetran el espacio intermolecular del sistema nervioso cerebral, y los sentimientos penetran el espacio intermolecular del gran simpático. Si el hombre no da paso libre a sus pensamientos para que estos se realicen, provoca una explosión en el sistema nervioso cerebral. Y si se estanca algún sentimiento provocará una explosión en el gran simpático.
Los pensamientos discordantes descomponen el sistema nervioso cerebral, los sentimientos disonantes estremecen al gran simpático y las acciones disonantes molestan a los sistemas muscular y óseo.
Todo estado enfermizo surgido en el hombre es el resultado de dos pensamientos contradictorios, dos sentimientos contradictorios o dos acciones de voluntad opuestas.
Todas las enfermedades del mundo como el reuma, la ciática, los dolores de cabeza y muchos otros son el resultado de un ahogo de los sentimientos. Dad vía libre al Amor, no lo ahoguéis, no lo detengáis.
Cada ahogo de los sentimientos aporta cierta irregularidad en las funciones del corazón y por consecuencia en el pulso vital.
No hay veneno más poderoso que los pensamientos, los sentimientos y los estados negativos del hombre. El miedo, el odio, la duda, la sospecha, son venenos, residuos que forman un depósito en la sangre y la envenenan.
Los pensamientos negativos de la duda, la incredulidad, tienen una influencia perjudicial sobre todo el organismo del hombre : el cerebro, los pulmones, el hígado, el corazón, sobre la vitalidad general y en consecuencia de ello el sistema nervioso se debilita y se agota completamente.
El Amor debe hacer entrada para poner en equilibrio el espíritu y el corazón. Y el Pensamiento Divino también debe aparecer. Ejemplos de estados que prueban la falta de armonía entre el corazón y el espíritu : indisposición, irritabilidad, desánimo, aprensión, inquietud, angustia, descontento, odio, etc. Entonces se produce un trastorno en las funciones de respiración, circulación de la sangre, digestión y de las funciones del hígado.
Beinsa Douno.