Las cualidades

Las cualidades de un discípulo son: intrepidez, decisión y templanza. Sin ellas, es difícil resistir.

La humanidad, en general, pasa por los sufrimientos sólo en una fase de su desarrollo. Así, los sufrimientos templan su sistema nervioso y la prepara para resistir la nueva luz que llegará.

Cuando el hombre se decide a entrar en el camino espiritual, generalmente aparecen grandes dificultades que tratarán de obstaculizarlo. Si es fuerte, no se amedrentará por ello.

Al llegar a discípulo, tendrá que observarse para saber hasta dónde ha llegado. Sobre todo lo hará en los momentos más difíciles, pues así sabrá con justeza si es capaz de conservar su serenidad y su equilibrio. Si puede lograrlo, entonces estará seguro de ser un hombre fuerte.

La planta joven se expone a las tormentas y huracanes, para templarse. Así se fortalece como un roble poderoso. Del mismo modo, el discípulo se fortalece en el sufrimiento y aprende a comprenderlo y superarlo.

El discípulo debe pasar por fuego yagua. A través del agua, para purificarse y, a través del fuego, para templarse e iluminarse.

Sólo cuando el discípulo aprenda a resistir los sufrimientos, éstos lo elevarán a cierta altura para que pueda transitar más allá, hacia la luz.

No lo olvides: cuando el discípulo ama a Dios, los sufrimientos se sobrellevan con mayor facilidad.

¿Hasta cuándo sufrirás? Hasta que aprendas las lecciones de la vida. Los sufrimientos significan la incomprensión de la armonía de la vida.

Cuando sufre, la gente pregunta: ¿Dónde está Dios? Dios está donde está el amor, la sabiduría y la verdad. Dios está allí donde hay conocimiento, estudio, laboriosidad y libertad.     

Peter Deunov.

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