El hombre pasa por los sufrimientos que son necesarios para su progreso espiritual. La historia de la evolución humana muestra que los seres más grandes han experimentado los sufrimientos más duros y han sufrido las mayores dificultades. Si conoces a un hombre bueno, educado,
inteligente y brillante, sabrás que ha tenido que pasar por grandes contradicciones y unas pruebas múltiples. Pero también sabrán que pueden contar con su comprensión y considerarlo un verdadero hermano.
Por dolorosas que sean nuestras pruebas, su precio es insignificante en relación con las riquezas proporcionadas como nuestra alma, rompiendo todos los lazos que la unen a contingencias mezquinas, se libera. Porque es ascendiendo a las esferas solares que el alma y la conciencia traen al hombre la comprensión del de significado de la vida terrenal y sus contradicciones.
La pureza es una virtud interior. El hombre paciente siempre puede permanecer puro en sus pensamientos, sentimientos y deseos, porque tiene total confianza, fe en las posibilidades secretas de su alma.
Ten siempre una buena primera opinión de tus semejantes y considéralos como unos seres buenos y razonables, creados por Dios como almas que vinieron a la tierra para aprender el significado de la vida. Y eso, para ti, el valor del hombre reside en la calidad de su alma.
Nunca olvides que el que quiere ser salvado rápidamente y más pronto ser liberado, debe tener paciencia, ser puro interiormente, poseer una fe inquebrantable y buscar con todo su corazón la ciencia divina que por sí sola puede darle un alimento espiritual vigorizante, porque en ella se encuentra el único método para elevarse y descubrir los grandes secretos de la Naturaleza divina en la que vivimos.
«El que es paciente y vigilante hasta el fin será liberado.»
Beinsa Douno.