La fuerza del escritor.

La fuerza del escritor depende del color que dé a luz en la vida interior del lector. Se llama precisamente bueno escritores que logran producir los colores más puros en las almas de los lectores.

Todas las grandes ideas, sentimientos y altas realidades pastan en la luz más abundante, no externa sino interior.

Aquellos que conceden más importancia al color exterior de la “ropa” también observan las leyes que acabamos de mencionar. Lo hacen sólo de una manera subconsciente. ¿Y no vemos ya al paciente siendo tratado por color?

Cuando decimos más luz, tenemos a la vista las condiciones que pueden provocar un cambio en nuestra vida actual, externa e interior.

Las vibraciones de la luz provienen del cosmos a la tierra y, cuando ellas se nos acercan, se transforman de tal manera que el resultado es luz ordinaria. Más allá de esta luz ordinaria, hay otras energías de un orden superior y más allá de estas últimas se encuentra algo sumamente grandioso.

No buscamos luz, la estamos consiguiendo. Si le abres tu alma, entrará libremente y recreará todo en ti con nuevos medios.

Todas las protestas y peleas serán tiempo pasado y el abuso de la fuerza, la violencia será un recuerdo lejano, una lejana memoria, una especie de pesadilla del pasado. Grandes y nobles pensamientos nacerán entonces en el espíritu humano, y veremos la aparición de verdaderas Madres y Padres, personajes llenos de abnegación cuya luz restaurará la salud a todos los enfermos.

Y el Profeta de los tiempos antiguos dijo con razón: «Dios secará las lágrimas de toda la humanidad. »

Ha llegado el momento en que todos deben vivir de acuerdo con estos altos principios.

Beinsa Douno.

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