¿Qué se requiere del discípulo para entrar en contacto con el mundo invisible razonable? Que su propia radio está funcionando. Cuando llevas tu pensamiento hacia arriba con la oración, te proteges de las bajas influencias. La duda, la desconfianza, la antipatía contienen ondas que tienen el carácter del lobo. Se forman en el mundo astral y se reflejan negativamente en la mente humana. Muchas dificultades se deben a ataques de ondas dañinas que tienen la naturaleza del lobo. Evitan que la oración se eleve y dificultan la realización de buenas intenciones.
Es cuando es atormentado, perseguido, amenazado por las pruebas que el hombre ora mejor, con la mayor concentración e intensidad, como se debería hacer. El foco de vuestro corazón debe ser ardiente para que vuestra oración se eleve al espíritu de toda vida, a Dios.
Para orar bien, deben hacerlo en lugares puros; aquí es donde mejor pueden enviar sus peticiones y expresar su gratitud con un pensamiento preciso y concreto al mundo superior, invisible para usted. Sin esto, su oración se verá como à una petición que carece de claridad y no obtendrá un resultado.
Si rezara ahora, pediría a Dios fortaleza, conocimiento, sabiduría, amor, verdad y libertad. El hombre que ora debe pedir lo que es más indispensable para él y que respeta la voluntad divina. Pruébalo: concéntrate y di: “Señor, estoy listo para cumplir tu voluntad que anima todo lo que vive”. O decir: “Si tengo tu consentimiento, Señor, déjame sentir tu alegría, en el nombre de tu amor, tu sabiduría y tu
verdad.” ¿Sabes lo que sentirás entonces? Puedes transformar tu rostro en un instante; dirígete a Dios y di: “Señor, ponme en el fuego de tu amor.” O bien: “Señor, ¿qué quieres que yo haga por el triunfo de tu reinado en la tierra y por la santificación de tu nombre entre los humanos?”.
Debes sentirte lleno de alegría, confianza, felicidad. Una ley importante te enseña que cuando oras por alguien, tu oración puede recibir poder mágico si va acompañada de amor y pensamientos puros hacia el ser por el que estás orando.
Beinsa Douno.