Futuras encarnaciones.

Un hermano le preguntó al Maestro si las relaciones entre miembros de una familia se mantienen en futuras encarnaciones.

El Maestro respondió:

Se retienen, basado en el amor que existe entre ellos. 

Existen tres tipos de estudiantes, y ustedes deben tener en cuenta cada uno de ellos. Primero hay estudiantes de la mente objetiva, cuyo aprendizaje se basa en hechos y observaciones. Segundo, existen estudiantes de lamente literal. Estos son los estudiantes que pueden extrapolar de los hechos a las leyes. Y tercero, hay estudiantes de la mente filosófica, que van de los hechos a las leyes, y de las leyes a los principios. Cuando ustedes trabajan con estudiantes, ustedes deben considerar estas diferencias y saber cómo trabajar con cada uno de los grupos.

Una maestra dijo: «Como yo no sé quién pertenece a que grupo, y como debo trabajar con todos los estudiantes, yo proveeré material en mis clases para todos los tipos de alumnos: hechos, leyes y principios. De este modo, cada uno recibirá y comprenderá lo que es necesario para ellos»

El Maestro continuó:

Es imposible educar a dos personas del mismo modo. Existen tantos métodos educativos como personas hay en el mundo. En su educación pueden aplicarse los mismos principios, pero nunca el mismo método. La falla de la cultura contemporánea se debe a que los maestros usan el mismo método para educar a todos los niños. Esto produce un entendimiento mecánico.

Si un niño hace bobadas, no le presten atención. Antes de que el maestro entre en el aula, rodo el salón está en una nube de polvo. Cuando el maestro entra, él no debe mostrar su descontento, sino que debe pedir a los alumnos que abran las ventanas por unos minutos. Lo más importante es no prestar atención cuando los niños no se estén comportando. Por ejemplo, si un niño ha robado una fruta, la maestra debe llamar al niño y darle una bolsa llena de frutas. Cuando uno trabaja con niños, uno debe ser muy paciente.

Una maestra me dijo que cuando le pidió a un alumno que fuera al frente del aula a presentar la lección, el niño no quería hacerlo, y eso enfadó a la maestra. Si yo estuviera en su lugar, yo hubiera dejado a ese niño que no quería pasar al frente y hubiera llamado a otro en su lugar. Si este niño tampoco quisiera, yo hubiera pedido a un tercero. En otra ocasión volvería a pedir al primer niño que pase al frente, y si el todavía no lo quiere hacer, yo lo dejaría. Eventualmente el estará listo para levantarse y hablar.

Beinsa Douno.

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