En lo invisible, en la profundidad de la Gran Vida, el Señor trabaja secretamente en las mentes y los corazones de los hombres. ¿Qué es lo que nos impulsa hacia lo noble y elevado? Es lo Divino en nosotros. Esta Voz silenciosa que nos habla desde nuestro interior es la Voz de Dios en nosotros.
Cuando tú te alegras, ésa es la alegría de Dios en ti. El Señor le habla a cada hombre, pero… ¿quién escucha al Señor? Es preciso estar muy despierto en ese momento, cuando Dios nos habla.
Hemos venido a la Tierra para aprender el arte de escuchar la Voz de lo Divino. ¡Presta atención a esta Voz silenciosa que habla en tu corazón! ¡Ésta es la voz de Dios! Cuando lo Grande comienza a hablar al hombre, en su mente aparece luz y, en su corazón, amplitud. Quien escucha la Palabra divina sentirá amor por todo y todo será bello para él. Por consiguiente, ¡escucha lo que Dios te dice ahora! ¡Alégrate de que así sea!
Muchos piensan que Dios sólo habló en el pasado, pero no es así. N o hubo momento en el que Dios dejó de hablar al hombre. El agua que hoy tomas del manantial es mejor que el agua tomada en el pasado. Tú recibes del manantial, cuando tienes sed. Por esto mismo, lo importante es lo que Dios te dice ahora.
¡Escucha la Voz silenciosa en tu corazón!
Beinsa Douno.