El hombre nuevo

           Ya vemos la aparición del hombre nuevo.

           Es apenas perceptible, como un destello

                       entre las multitudes.

    Ahora él es sólo una sonrisa o una mirada fugaz;

          o tal vez, una única palabra o un gesto.

    Pero hay algo que distingue al hombre nuevo,

                   quien ya está entre nosotros.

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                       CUANDO EL SOL ILUMINA

             Cuando el Sol ilumina, la Tierra despierta, manan los manantiales, soplan los vientos; se abren los capullos, los árboles dan su fruto y el hombre despierta y comienza a pensar. Este libro es para el discípulo. Este libro es para todos. Porque cada hombre ha llegado a la Tierra para estudiar. Cada hombre ha llegado a la Tierra para ser un discípulo. Este libro es para cada uno. El animal aprendió a sentir, pero el hombre ha venido para pensar. El Cosmos es una enseñanza demostrativa para él. El discípulo ha sido llamado para aprender. El hombre aprende y los ángeles sirven. Lo que ellos aprendieron, ahora lo aplican, sirviendo. Los hombres son discípulos; los ángeles, servidores. Para que alguien pueda ser un servidor ha debido pasar antes por el discipulado. El servicio está por encima del común aprendizaje. El Servidor Celestial está más alto que el servidor de la Tierra. «El Hijo del Hombre no vino para que le sirvan, sino para servir.» El discípulo aprende y el Maestro sirve.                        12

                    LA ASPIRACIÓN DEL ALMA

                 Lo que estás aspirando, vendrá. Lo que estás alimentando en tu alma es la realidad de mañana. ¡Ven al país de la eterna Primavera!

¡Ven al país del eterno rejuvenecimiento!

¡Ven al país de la alegría!                  ¡Ven al país del amor!

Él está cerca de ti. Aquí no hay enfermedades ni muerte.

¡Ven a recibir los tesoros que te corresponden!

¡Ven al país donde encontrarás a quienes te conocen y tú también conoces!

La eterna aspiración del alma humana y lo que ella busca en las miríadas de formas es el AMOR – DIOS.

Lo más grandioso en la vida del discípulo es su anhelo hacia lo Alto, hacia este eterno Don.

Considérate a ti mismo como alma. Ten conciencia de que eres un alma viviente que se dirige a Dios.

El primer paso del discípulo es considerarse un alma viviente que siente, piensa y actúa de acuerdo con Dios.                             13

El segundo paso es considerar a todos los hombres como almas   que han de amar a Dios. El alma del discípulo ha de imbuirse de un solo pensamiento:

  La obra divina.

Los discípulos de la Fraternidad Blanca Universal no son hombres o mujeres.

¡Son almas!

El camino del Alba. Libro del Maestro Peter Deunov

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