Nos encontrábamos en la montaña con nuestro amado Maestro, sentados alrededor del fuego. El clima era brumoso, húmedo y frio. Las llamas se elevaban dando calor a su alrededor. Estas eran las únicas cosas que interrumpían la tranquilidad de la Naturaleza. En momentos como estos, la pequeña vida se funde en la “Gran Uno”. Nuestra última conversación había sido acerca del camino del discípulo. Por un tiempo nos mantuvimos en silencio. Todos estaban escuchando en su interior. Había muchas preguntas esperando respuesta.
El Maestro dijo:
El discípulo de la Hermandad Universal de la Luz camina simultáneamente en los caminos del Amor, la Sabiduría y la Verdad.
Lo primero que ustedes deben comprender en el mundo es el Amor. Ustedes deben convertirlo en un gran experimento. Si ustedes no cumplen con sus obligaciones acerca del Amor, ustedes no son ni amigos ni discípulos. Si los discípulos no tienen Amor en sus corazones, ellos no son aceptados en la Escuela de la Hermandad Universal de la Luz.
Si ustedes no pueden brotar como pequeñas semillas en el Amor, si ustedes no están listos para aceptar cualquier sacrificio por el Amor, ustedes permanecerán como personas ordinarias. Ustedes podrán ser cualquier cosa, pero no serán discípulos de la Hermandad, nunca serán hijos o hijas del Reino de Dios. Si un solo acto de tu amigo re puede tentar a salirte del Camino, tú no estás listo para ser un discípulo.
La tarea que les doy para todo este año es aprender a amar. La segunda tarea es encontrar un modo para manifestar este Amor. La tercera consiste en aprender bajo qué condiciones su amor deberá ser manifestado. Si los alumnos en una clase de la escuela se llevan bien, ellos se apoyan y alientan. Ustedes deben formar una conexión a través del Amor.
Hay algo que es importante para el discípulo: tener la conexión necesaria con Dios. Hay muchas formas del Amor, pero su propósito es el mismo: el conocimiento de Dios. Llegar a conocer a Dios, o sea la totalidad del Amor, es la tarea del discípulo. El discípulo debe tratar de llegar a conocer a Dios. En las escrituras dice: «Si ustedes no son como estos niños, ustedes no podrán entrar en el Reino de Dios»3. Esto implica que, si ustedes no son puros, ustedes no podrán entrar en el Reino de Dios. En esta cita «niños» significa «pureza del corazón». Los seres humanos deben llevar dentro de ellos las cualidades de un niño: o sea, Pureza Divina. El Camino hacia el Reino de Dios es la Pureza.
Beinsa Douno.