Atiende al Bien y aplícalo

Atiende al Bien y aplícalo en todos los momentos de tu vida. No importa cómo te afecten, nunca pienses en venganza. Paga a tu enemigo con amor, sabiduría, verdad, justicia, bien, compasión. Esta es la aplicación de la ley de transformación energética.  Según esta ley, usted se conecta constantemente con  les seres razonables y elevados; entiende su lenguaje y se sirve de ellos.

No hay mayor bien que escuchar palabras de un lenguaje que nuestra alma conoce.

Sentimos una sensación agradable, nuestro corazón se expande, y delante de nuestro espíritu se abre un mundo vasto y hermoso. Así que cuando estés insatisfecho, amargado, desanimado, busca la causa dentro de ti mismo: no has hablado a Dios en Su idioma. Es el lenguaje del Amor y la Sabiduría; es universal, todo el mundo lo entiende. Aplíquelo y recibirá la bendición del Señor.

Un gran futuro se está abriendo ante ustedes. Esperen este futuro, sin desanimarse. Todos aceptaron libremente sus cargas. Se dan suficientes fuerzas a todos para superarlos.

El que es fiel a sí mismo es fiel a Dios y viceversa.

No  hay cosa más grande para el hombre que ser fiel a Dios, disfrutar de Su bendición y de la benevolencia de los ángeles, de los santos, de los hombres buenos.

Orar y contemplar significa enviar tu informe a este gran centro del que viniste. ¿Cuál es el contenido de este informe? Es un relato del trabajo que has hecho.  En respuesta a esto, se establecerá un intercambio correcto entre vuestros pensamientos y sentimientos y los de los seres del mundo sublime. Si algunos seres humanos creen que pueden prescindir de la oración, la contemplación y la reflexión, están seriamente equivocados.

Cuando el hombre reza, todo a su alrededor crece y florece. Una vez que el hombre entiende la gran ley de la oración, puede llegar a ser un verdadero ser humano.

Cuando oras, te defines a ti mismo, estás en contacto ininterrumpido con toda la creación. Sabiendo esto, no cree un obstáculo para este proceso natural.

Al orar, el hombre recibe energías del mundo divino.

Beinsa Douno.

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