Los hombres suelen preguntar: ¿Por qué hemos venido a la Tierra? ¿Cuál es el propósito de la vida? Y yo respondo: Hemos venido a la Tierra para leer el libro sagrado y viviente de la Naturaleza. Ese libro permanece siempre abierto ante nosotros. Primero se debe leer este libro hasta el fin, y después se comenzará su profundo estudio. Así comprenderemos el sentido de la vida.
Todas las formas en la Naturaleza son símbolos de un mundo eterno e ideal. Ellas conforman el libro en el cual el discípulo puede leer lo que ha escrito Dios.
Es innegable que los seres humanos se encuentran bajo la influencia de las leyes de la Naturaleza, las que determinan su ánimo y sus estados de flujo y reflujo. Sabiendo esto, la humanidad se rebela contra las fuerzas naturales y no quiere someterse a ellas. Pero el discípulo, a fin de no perder sus fuerzas y para evitar una estéril lucha contra la Naturaleza, presta atención a la voz interna que le evita sufrimientos y vive de acuerdo con las leyes. Por eso mismo, para vivir bien, se deben despertar las fuerzas ocultas introducidas en el hombre. Despertar tales fuerzas en uno mismo, significa vincularse con la gran Inteligencia en la Naturaleza. Quien se vincula con ella alcanzará el propósito de la vida. Sin este vínculo, tal empresa es imposible.
Cuando se habla de la Naturaleza como fuerza viva e inteligente, nos relacionamos con ella como si fuera un ser viviente dotado de todas las habilidades, fuerzas y posibilidades. Una vez que se establece el vínculo con este ser, todas las dificultades desaparecen. Repito que lo importante es vincularse con las fuerzas vivas de la Naturaleza.
Comienza ya mismo tu aprendizaje en contacto con la Naturaleza. Entra en armonía con ella. Aprovecha sus dones. Estudia su forma, contenido y sentido. Aprende de los manantiales, las hierbas, las flores, las montañas. Allí busca los métodos apropiados para la vida y para mantenerte en pureza, pues la Naturaleza ama a quienes cumplen sus leyes. A ellos los eleva y les otorga sus dones en abundancia. Por todo esto, has de amar a las plantas y a los bosques. El malestar del hombre actual es debido al desmonte, especialmente de los pinos, que son fuente de energía. Preserva la Naturaleza, porque de ello depende el futuro de la humanidad.
Beinsa Douno.