22 – ¿Quién puede sentirse plenamente agradecido por lo que ha recibido? ¿Puedes tú agradecer porque el mal que recibiste no ha sido mayor de lo que fue? ¿Eres capaz también de agradecer por el bien recibido sin sentir te contrariado porque el bien no fue mayor? La alegría y el bien no suelen darse en su plenitud. Confórmate con lo pequeño y alégrate si cada día puedes agregar algo nuevo al bien recibido. La vida es eterna e ininterrumpida. Si para obtener cierto don necesitas mil años, alégrate y agradece. ¿Qué sentido tendría obtener ese don prematuramente? ¿Qué harías con él? Lo perderías tan pronto como lo hubieses recibido.
23 – El mal, como algo limitado, tiene principio y fin, tiene una causa que lo origina. Opuestamente, el bien no tiene principio ni fin. Por eso podemos hablar del origen del mal pero no del origen del bien. La antinomia bien y mal sólo existe en la vida humana, porque en el aspecto divino sólo el bien se manifiesta.
24 – La diferencia entre el bien y el mal no existe en la Naturaleza. Para ella todo es aprovechable. Sabe que, en definitiva, todo mal se convertirá en bien. El mal prevalece entre los hombres debido a sus distintos niveles de desarrollo, lo que ocasiona actitudes diferentes frente a la vida. Sólo el sabio puede prevenir el mal y evitarlo, mientras que el necio no lo puede prever y tropieza con él.
25 – Un hombre bueno ha de ser al mismo tiempo inteligente y justo. Sin cultura interna no hay bondad posible. Quien es bueno, lleva en sí mismo luz, calor y fuerza.
26 – Cuando el hombre desdeñó de sí el bien, comenzó a desear riquezas, poder, gloria y conocimiento. Pero todo esto no puede reemplazar al bien. Si se es rico externamente, pero no internamente, no se puede ser bueno. La bondad comprende riqueza interna. Un hombre bueno puede adquirir riquezas, pero un rico no puede adquirir bondad. El que es bueno tiene posibilidades de ser sabio, fuerte y rico, pero el rico no siempre puede contar con esas posibilidades. Hay casos en los que la riqueza viene aparejada con la bondad, la sapiencia y la fortaleza, pero esas son coincidencias felices que poco suelen darse. El bien logra por sí mismo las mejores condiciones cuando ha sido colocado como base de la vida.
Beinsa Douno.