¡No hay nada más sublime!

No hay nada más sublime y más grande en la vida humana que la oración. Sea lo que sea lo que se les diga, no olviden la importancia y la necesidad de la oración y la comunión con Dios. Nada se puede comparar con la oración, ni el amor en la tierra, ni la sabiduría en la tierra. Oración, es comunión del ser humano con la Primera Causa.

La unión interior con Dios es una fuerza mágica. Gracias a ella, esta fuerza, todas las altas cualidades se desarrollan en los seres humanos, ya que las semillas germinan bajo los rayos vigorizantes del sol.

Otra realidad de la vida es la unión interior con la fuente de todo lo que vive, con el Creador, con Dios. Esta unión se hace por el pensamiento, concentrado, puro, elevado que se define por la palabra «oración».

La oración consiste en transmitir con precisión, con claridad e intensidad, los pensamientos, los deseos y sentimientos más sinceros y puros. El que ora de esta manera ha comprendido el sentido interior de la vida y el vínculo entre todos los seres.

¿Cómo se puede proteger al hombre de la desgracia?  A través de la oración. ¿Con qué oración? Con la que está llena de Amor. La oración sin amor, sin luz y sin libertad no es una verdadera oración. La oración en la que el intelecto, el corazón y el alma no participan no es una verdadera oración. A veces escucho cómo rezas. Lees largas oraciones para que Dios te escuche. Las oraciones largas no animan a Dios a ser compasivo. Dios mismo no habla durante mucho tiempo.

Orar es dirigir el intelecto, el corazón, el alma, el espíritu, a la fuente de vida de la que hemos salido. La decadencia de la humanidad actual se debe a una profunda causa interior: el descuido del hombre contemporáneo hacia el principio primordial, del que provienen todos los seres.

El alma humana necesita alimento espiritual interior, que sólo puede ser adquirido a través de un pensamiento elevado, concentrado en la unión con Dios.

Tu felicidad depende del pensamiento divino que desciende a tu mente, de tu capacidad de percibirla, de conservar su luz y de trabajar con ella. La Causa Primordial ha pensado mucho antes de crear un mundo perfecto lleno de bienes tan grandes para todos.

Aquellos que están dispuestos a sentir su vida interior de una manera intuitiva serán capaces de comprender mejor el significado profundo de la oración.

En la alegría como en el dolor, debemos pensar en Dios. Es a través de él que llegamos a la inteligencia, al espíritu noble, a toda la ciencia, el arte y la finura en cada profesión, en cada actividad. Como la vida en la tierra no puede existir sin el sol, sin aire y sin agua, ninguna verdadera cultura puede existir sin unión con Dios, sin un pensamiento dirigido hacia arriba.

Beinsa Douno.

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