Si subes a la montaña y tienes sed, no bebas cualquier agua; busca el más puro manantial. Toma de tu mano el agua pura de la montaña. Si esto haces, la Naturaleza comprobará que tienes alto ideal y esperará algo de ti. ¡Sube a la montaña! ¡Bebe el agua pura del manantial! ¡Contempla la belleza que te rodea! Y, cuando desciendas al valle, guarda para siempre en tu conciencia el recuerdo de esta experiencia. Las altas cimas, los puros manantiales, tienen vida. ¡Guárdalos profundamente en tu alma! ¡Aplica el alto ideal por doquier en la vida! Si lees un libro, que sea el de mejor contenido, el que te eleva y te resulte inolvidable. Si vas a una exposición en una galería de arte, que sea de un buen pintor. No mires los cuadros ordinarios y deprimentes. Tales cuadros los encontrarás todos los días en el mundo. Cuando eliges un amigo, guarda la misma ley; que sea el de mejor corazón. Si eliges un Maestro, no digas que lo prefieres porque conoce muchas ciencias. El conocimiento no determina al hombre, ni hace del hombre un Maestro. La gran cantidad de conocimiento no elaborado es una carga inútil. El conocimiento externo es un adorno en el sombrero. Lo substancial es el sombrero y no el adorno.
Beinsa Douno.