El nuevo Amor

Los niños crecen, y las expensas que causan crecen con ellos. En el primer año las expensas son pocas, en el segundo son mayores y así siguiendo. Lo mismo ocurre con las naciones. Ellas también crecen y su suministro de alimentos, cobijo, y vestimentas crecen con ellas. Los recursos provistos por la Naturaleza deberían estar al alcance de todos, lo que implica que todos deberían poder beneficiarse con ellos.

El amor en el futuro será dramáticamente diferente del amor en el presente. El nuevo Amor se caracterizará por lo siguiente: lo que es bueno para uno será bueno para todos. La abundancia siempre ha Huido desde el Mundo Invisible. Vivimos en un mundo de abundancia. Hay suficientes alimentos, vestimentas y todos lo demás, pero no están siendo distribuidos correctamente. Si las personas vivieran apropiadamente habría suficiente para todos. El error consiste en el deseo de algunos de poseer más recursos que los que le pertenecen. Todos deberían poseer solo lo que les es necesario.

En el orden humano, los fenómenos no están propia mente organizados. En el Orden Divino hay abundancia, pero no exceso, nadie necesita hacer planes para el futuro. Tanto ricos como pobres han sido provistos a fin de que tengan la seguridad de que recibirán aire y luz. Tampoco les falta el agua. ¡Quien puede quitarle a un ser humano el agua que fluye de la montaña? El gran espejismo de los seres humanos proviene de su resistencia a someterse al Orden Divino que ha sido implantado dentro de ellos. Las personas quieren construir su propio sistema a fin de imponer sus propias leyes. Las leyes humanas son inútiles. No necesitamos enseñarle al estómago como digerir la comida, sabe cómo hacer su trabajo. Solo necesitamos masticar bien la comida. Lo mismo se aplica al corazón. Si ustedes interfieren con su trabajo, ustedes perturbarán su funcionamiento normal. Para esto existen Leyes Divinas, pero nosotros debemos aplicarlas.

Darles a todos de acuerdo a sus necesidades es el requerimiento de la Ley Divina de la Justicia. Un niño pequeño necesita menos, un aduleo necesita más. Equidad no significa darle a todos de modo uniforme. Significa que todos deben recibir las condiciones y derechos necesarios de acuerdo al nivel de desarrollo de cada uno.

Nosotros deseamos riqueza. Esto es un error de entendimiento. Todos necesitan trabajar. Todos pueden recibir tanto como necesiten del Manantial Divino, pero nadie puede sacar más agua que la necesaria. La acumulación de recursos no es tolerada.

La Ley dice: Todos pueden recibir tanto como puedan cargar. Una noche un hombre rico tuvo el siguiente sueño: él se encontró con un carro cargado de oro tirado por tres pares de búfalos blancos, y todos recibían parce del oro. El hombre llevaba un gran arcón y pidió que se lo llenaran de oro. A esto le respondieron que cada uno recibiría tanto como pudiera llevar cargando en sus espaldas. Y entonces ataron el arcón a sus espaldas y comenzaron a llenarlo. Colocaron una palada, dos, tres, y él seguía diciendo: “¡Mas! ¡Mas!” Eventualmente, el arcón estuvo tan pesado que el hombre rico no pudo moverse y cayo, sofocado por el peso. Cuando despertó del sueño, él se dio cuenta que su riqueza sobre­ pasaba sus necesidades, y comenzó a compartirla con otros.

Beinsa Douno.

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