Por el camino de la sabiduría hallamos todas las creaciones divinas, así como las creaciones de los seres superiores de los planos espiritual y humano. Ésa es la razón por la cual ese camino no es conocido plenamente, pues de él surge el verdadero y esencial conocimiento. Por consiguiente, cuando el conocimiento atraviese los tres mundos: físico, espiritual y divino, recién entonces producirá sus frutos y el mundo de la sabiduría será una realidad para nosotros.
Mientras la sabiduría florece en el alma humana, cada cosa encuentra su lugar, todas las ideas se esclarecen, se vuelven nítidas y se ordenan en una armonía total. El espíritu del hombre se abre y ve que el sublime mundo divino es bello y que cuando gobierna la sabiduría, el orden no es alterado. Entonces, el hombre observa un campo de acción ilimitado que se va descubriendo ante su espíritu, y así comienza a crear. Pues es cierto que la divina sabiduría satisface plenamente al espíritu humano.
Mas, el camino de la sabiduría es arduo. Sólo el hombre perfecto, el Maestro, puede adelantarse hacia él y manifestar sabiduría. No se penetra por obra de la Gracia, al Reino Divino. Sólo se ingresa a él por medio del conocimiento que surge del gran caudal de la sabiduría.
En la mente humana se han ido almacenando muchos conocimientos que un día se borrarán, así como se borran los viejos libros impresos. ¿Por qué puede suceder tal cosa? Porque dichos conocimientos no fueron aplicados. El hombre corriente quiere conocer el amor, la sabiduría y la verdad, pero no puede lograrlo. Él sólo puede conocer sus manifestaciones. Por ejemplo, alguien me pide: ¿Puede decirme algo sobre la sabiduría? Si le doy algunas fórmulas, no las va a comprender. Sólo puedo decirle: ¡Mira este lago, aquí hay sabiduría! Solamente observando e investigando sabrá que es el amor, la sabiduría y la verdad.
La única y auténtica cosa a la que el hombre debe aspirar en la vida, es llegar a conocer las formas del pensamiento divino.
¡Instrúyete acerca de Aquél que mantiene la luz! ¡Vincúlate con Aquello que no pierde su luminosidad! ¡Busca siempre la luz y no olvides nunca que el conocimiento no viene de un único lugar, y que la luz no penetra por una sola ventana! Los caminos del conocimiento y las ventanas por donde penetra la luz son innumerables.
Si tú pierdes lo que da sentido a tu vida, busca la luz de la sabiduría. Establece la sabiduría en tu mente; y entonces, la luz brillará y el conocimiento acudirá en tu ayuda. ¡Sólo el camino luminoso de la sabiduría conduce a la verdad!
Beinsa Douno.