La revelación es número y también letra. Conocer para maravillarnos y crecer; comprender para poder amar. La ciencia abre caminos, pero la espiritualidad los cuida, los embellece. La primera razona, la segunda enlaza y eleva. Continuamente hacemos uso de los dos principios sin reparar en ello, sólo que ahora toca proclamarlo. Jamás podrá prosperar una ciencia desprovista de altruismo, de espiritualidad; jamás podrá progresar una espiritualidad carente de certezas, de realidades en algún momento comprobables. Somos los afortunados en ver mente y corazón por fin llegar unidos al definitivo altar. ¡Bendito sea Dios! |