CIENCIA Y ESPIRITUALIDAD

La sexualidad humana es sólo una de las infinitas manifestaciones de la Ley del género. Necesitamos las dos polaridades o géneros para crear en todos los campos de la vida, en todas las dimensiones. La Ley de genero invita por supuesto a fomentar la imprescindible unión entre la ciencia masculina y la espiritualidad femenina.

Ni dejar caminar sola a la fría razón, ni caer en una espiritualidad de cuento fantástico, infundado. Asombro con razonamiento, razonamiento con humildad y rendición. La ciencia explica, la espiritualidad agradece. La primera explora, la segunda acoge. Son inseparables, pero hasta el presente deambularon demasiado a su aire. Llevamos toda nuestra historia aguardando los esponsales que ya por fin están teniendo lugar. La ciencia nos abre los ojos físicos, la espiritualidad los del alma. No podemos separarlas la una de la otra. La ciencia es método, la espiritualidad intuición. Ambas se necesitan mutuamente. La ciencia pone el microscopio, pero la espiritualidad la oración en los labios, igualmente imprescindible para llegar más profundo y más lejos.
La revelación es número y también letra. Conocer para maravillarnos y crecer; comprender para poder amar. La ciencia abre caminos, pero la espiritualidad los cuida, los embellece. La primera razona, la segunda enlaza y eleva. Continuamente hacemos uso de los dos principios sin reparar en ello, sólo que ahora toca proclamarlo. Jamás podrá prosperar una ciencia desprovista de altruismo, de espiritualidad; jamás podrá progresar una espiritualidad carente de certezas, de realidades en algún momento comprobables.

Somos los afortunados en ver mente y corazón por fin llegar unidos al definitivo altar. ¡Bendito sea Dios!

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