Amor sin Estímulos Externos.

Al final del verano fuimos con el Maestro al Monte Vitosha, donde pasamos unos días. Nos acomodamos en el pequeño hostal bajo el pico Ostritsa. Al amanecer subimos a la cima, desde donde saludamos al Sol, ofrecimos nuestras oraciones matutinas e hicimos nuestros ejercicios. Era el inicio de un nuevo día. Un día que, hasta ahora, no se había expresado, y que era tan único como el Mundo de lo Eterno. En la montaña, el Maestro estaba concluyendo su trabajo. En el valle, la guerra continuaba devastando los países con fuego, pero aquí, la paz y la luz no habían abandonado la Tierra. Mientras la humanidad seguía locamente destruyendo sus conexiones con el Mundo Inteligente de Dios, el Maestro preservaba la unión sagrada que puede salvar a la humanidad: la relación con Dios.

Mientras nos hablaba a los que lo rodeábamos en la montaña, el le hablaba a la humanidad, a los contemporáneos ya los delfi1turo. Su profunda y penetrante visión percibía la tragedia de las gentes contemporáneas, y su mano indicaba el camino de la salvación. Este era el motivo por el cual él había venido a la tierra en estos tiempos.

El Mundo del Amor es el verdadero, real y excelso Mundo. El Maestro vino para eso. Él estaba viviendo allí. Él hablaba de ese Mundo en el lenguaje terrenal de una pequeña nación. El Amor ya se estaba acercando a la Tierra. El Maestro nos reveló sus Leyes. Su riqueza y poder, su universalidad y unidad. El Maestro podía ver el futuro, la Gran Vida Consciente, la Vida de/Amor, hacia la que se dirige la humanidad de acuerdo con las ordenanzas de la Eterna Ley Divina.

El Maestro dijo:

Si quieren liberarse de lo antiguo, acepten al Amor. Para tener Amor dentro de ustedes, sigan la regla sagrada: amen sin esperar ser amados. En este aspecto, sean como Dios: El ama sin esperar ser amado.

No hay mayor aspiración para el alma humana que llegar a amar a todos los seres de la Creación. Amen como ama el Sol. Cuando el Sol se levanta, envía sus rayos a todos los seres vivos, pequeños o grandes, bellos u horribles.

El verdadero ser humano nunca se arrepiente de haber amado. El ama sin preocuparse acerca de si es amado o no. Este es el Amor sin estímulos externos. No piensen que cuando ustedes aman a alguien, esa persona les debe algo.

Ustedes dicen que nadie los ama. Pero esto no es problema de ustedes. No esperen que las personas los amen. Vuestra primera misión es amar a las personas, si a su vez ellas los aman, eso es problema de ellos. Ustedes no tienen derecho de remar en el bote de otras personas.

El Amor Divino siempre da sin esperar recibir. El Amor es como un manantial que fluye constantemente.

Una de las Leyes del Amor dice: cuida de la libertad de otros como cuidas de la tuya propia. Si alguien interfiere con la libertad de otros se debe a que se halla fuera del Amor.

Ustedes le dicen a alguien que el no los ama. Déjenlo ser y no interfieran con su amor. El es libre de amarlos o de no amarlos. Lo único que nadie puede quitarles es lo que ustedes manifiesten por si mismos. Pero ustedes llegan a la conclusión opuesta y creen que otros deben amarlos. Piensan que aman a alguien, pero esa persona no los retribuye. ¿Por qué se preocupan acerca de si esa persona los ama o no? Ustedes no pueden demandar que otros los amen. Ustedes no tienen ese derecho. Si ustedes aman a alguien, nadie puede interferir con su amor. Esto es Dios manifestándose a través de ustedes. Nadie tiene el derecho de interferir en los asuntos de Dios. No le pidan cuentas a Dios por lo que El le ha dado a otros.

Si ustedes estuviesen en harmonía con la Gran Ley del Amor, ustedes no se preocuparían si otros los aman o no. Si ustedes no están en harmonía con esta Ley, aun cuando otros los amen, ustedes aun tendrán ansiedad interna.

En Lucas 6:37 dice: “No juzguen y no serán juzgados. No condenen y no serán condenados. Perdonen y serán perdonados”.  Ustedes juzgan a las personas por no tener el amor hacia ustedes que ustedes desean.

Aquel que tiene Amor Divino, da sin expectativas. Ustedes deberían disfrutar del Amor que tienen dentro suyo, y no buscar el amor externo.  Esto es el Amor:  ustedes dan sin ataduras, y no piden ser honrados o recompensados por ello.

Ustedes realmente aman cuando no cambian su actitud hacia un amigo que deja de amarlos. Ustedes deben saber que los seres humanos son parte de un ente colectivo y, que a veces, no es responsable por sus acciones y sentimientos. Las acciones humanas son tanco individuales como colectivas.

No demanden que otros los amen, ya que el Amor es el acto más libre en la Naturaleza. Se manifiesta sin ataduras.

Mientras el maestro quiera ser amado por sus alumnos, el aparecerá como un tonto, ya que el quiere algo para sí mismo. Pero cuando el ama a sus estudiantes y desea su bien, ellos comenzaran a amarlo.

Algunos dicen que quieren que otros los amen. Si ustedes han toma­ do esa decisión, ustedes encontraran grandes contradicciones en su vida. Si ustedes demandan ser amados, ustedes sufrirán.

Algunos dicen que ellos no aman a nadie porque nadie los ama a ellos. En este caso, ustedes son mercaderes.

Ustedes encuentran a alguien y le preguntan si los ama. Si los ama es por algún motivo. Y si no los ama, también es por algún motivo. Por lo tanto, si los ama, alégrense. Y si no los ama, también alégrense. ¿Saben cuán difícil es esto?

Beinsa Douno.

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