Los ojos, un reflejo del alma, una de las grandes riquezas del ser humano que los une y armoniza con el mundo exterior, facilitan el equilibrio de las energías de su organismo.
Cuando los ojos reciben luz sin impurezas y sin mezcla dañina, el cerebro funciona mejor. El ojo derecho está conectado a la mente, el de la izquierda al corazón, y ambos ojos a la palabra. Su forma y tamaño nos permiten detectar las cualidades y posibilidades del ser humano cuyas virtudes embellecen la forma.
La luz también penetra internamente en el ser humano. Por lo tanto, debe evitar mirar imágenes que reflejen lo negativo en la psique. La mente no debe ser abrumada por manifestaciones humanas vanas y estériles. Cada impresión que llega al cerebro a través de los ojos deja su huella en las líneas de la cara. Ahórrese a sus hijos la visión de imágenes feas, pinturas traviesas y, también, no las examine. Deje este estudio a los sabios.
Evite que sus hijos hagan muecas, caras acompañadas de movimientos grotescos que son un indicio de sufrimiento, porque el hombre torturado por el sufrimiento contrae instintivamente su rostro. Recomendarles que abran los ojos ampliamente a la luz parar que pueda penetrar más fácil y libremente, porque la luz alivia y sana. El ser humano debe agradecer constantemente al Creador por haberle dado los ojos con los que puede contemplar la naturaleza y hacer contacto con ella.
El desorden y el desorden tienen una influencia deprimente en la psique. Cada mañana, haga su cama y ponga todo en su lugar en su casa. Cuando te laves la cara, concéntrate sólo en lavarte, y que tu mente sólo se centre en esta acción fuera de cualquier otro pensamiento, porque el agua tiene un efecto beneficioso en la vida.
Las costumbres y prejuicios de nuestros antepasados se manifiestan inconscientemente a través de los ojos cuya expresión es también el resultado de vidas pasadas. Obsérvense y corríjanse. A menudo levanta tu mirada hacia el cielo. Representa mirar a los seres que han alcanzado la santidad y la perfección. Mira, visualiza su rostro angelical sonriente lleno de alegría y joya, expresando humildad; sus ojos espirituales reflejan paz, serenidad. Sumérjase en estas imágenes. Las fuerzas espirituales más elevadas de la naturaleza, que traen sentimientos altruistas al ser interior, se transmiten a través de los ojos.
Beinsa Douno.