En muchos de sus sermones y sus charlas, el Maestro habló acerca del sufrimiento, iluminando su profundo significado. En aquellos días era extremadamente importante esclarecer este tema. Cuando se entiende el sentido del sufrimiento, es más fácil para las personas el soportarlo y recibir los beneficios que acarrea.
El Maestro dijo:
El sufrimiento no es un castigo, sino una lección. Nosotros le damos un sentido totalmente diferente a la palabra «castigo». Castigo implica que hay una lección que debe ser aprendida. Si ustedes experimentan el sufrimiento, no se alarmen. Hay una bendición específica oculta dentro de esta experiencia y que ustedes recibirán una vez que lo hayan soportado. No fuercen las condiciones. Recuerden: la bendición que sumen te y su corazón anhelan vendrá a su debido tiempo. Presten atención a fin de que esta bendición no les pase desapercibida.
No eviten el sufrimiento, saquen provecho de él. El apóstol Pablo dijo: «Yo considero que el presente sufrimiento no es digno de ser comparado con la gloria que nos será revelada» (Romanos 8:18). Y el salmista dijo: «Me alegro de estar triste». A través del sufrimiento, el Amor prepara las condiciones para la dicha que se avecina.
Los sufrimientos y los dolores son Herramientas Divinas que preparan el campo a fin de que las semillas de las futuras virtudes puedan germinar. Cuando alguien sufre, se transforma en una mejor persona y se torna más sensible.
EL despertar de la consciencia no ocurre mecánicamente, sino que ocurre a través de los impulsos que provienen del sufrimiento. Cuantas más dificultades experimente una persona, tanto mayores serán sus posibilidades de crecimiento personal. Las grandes personas tuvieron que atravesar grandes pruebas. Esto no implica que esas grandes personas hayan conocido el sufrimiento solamente. Ellos experimentaron gozo tan grande que no es conocido por la gente común.
Beinsa Douno.