No creemos en los alimentos modificados genéticamente, pues pensamos que hay un Ingeniero que no conviene emular. No pensamos que la geoingeniería es solución al hambre, que sea necesario modificar las condiciones meteorológicas y del clima, porque nada se mueve sin que esa Voluntad lo disponga. Creemos en la agricultura ecológica amiga de la Tierra y no en la agroindustria que se pelea con ella y la envenena para sacarle la mayor rentabilidad. No consideramos que la vacuna es la panacea a muchos problemas de salud, porque en lo que a medicina se refiere es preciso ir también al mundo de las causas y no de las consecuencias…
No comulgamos por lo tanto con la fe de Bill Gates en una ciencia que aspira a adquirir más poder que el que le corresponde. Esas y otras razones nos hacen cobrar distancia con respecto a la “filantropía” del magnate. Sin embargo, conviene aclarar que su Fundación promueve el libre acceso a la vacuna, no la obligatoriedad*. Podemos comulgar con lo que hace o no con su dinero, pero conviene poner en entredicho que está pretendiendo hacerse con el control de la humanidad. Que nadie nos obligue a vacunarnos es una causa más que digna, pero la causa de la dignidad y la verdad sólo podrá progresar con la propia verdad por delante.
“Sólo la verdad nos hará libres…” anunció Quien caminó descalzo y nunca se metió pincho en vena o fuera de ella. Nos hemos hartado de leer whasaps en los que se nos dice lo diabólico que es Bill Gates. El potentado no busca sin embargo desesperadamente vacunar a todo el mundo, tal como se nos insiste desde las pequeñas pantallas. A veces pareciera que sin demonios no somos nada, cuando tenemos tanto Cielo por conquistar, tanta “buena nueva” por pregonar.
El disenso jamás justifica la difamación. Podemos disentir y de hecho disentimos: podemos dibujar el mañana con diferentes contornos y colores, pero ninguna noble causa necesita de la falsedad para progresar. No somos por lo tanto devotos del magnate, lo somos de la transparencia y la verdad en los tiempos en los que tanto se cuestionan. La falsedad sólo mancha y desprestigia un bello afán. El embuste y la media verdad corren raudas en la antesala de la civilización 5G. En la sociedad de la sobre-información el bulo se enseñorea y cada vez somos más los/as que no deseamos ser manipulados por los abanderados de ninguna causa por emancipadora que se proclame. Nunca fue tan complicado discernir lo verdadero.
El movimiento planetario que cuestiona la vacuna obligatoria es lo suficientemente serio, responsable y colmado de razones como para tener que echar mano del infundio. Para nada necesitamos de la mácula de la mentira. Esos bulos sólo arruinan nuestros postulados.
* El multimillonario y su esposa Melinda, colaboran con GAVI a través de la fundación que lleva su nombre. Esta Alianza para la Vacunación de la que forman parte gobiernos de países en vías de desarrollo, gobiernos de países industrializados, la Organización Mundial de la Salud, organizaciones como UNICEF, el Banco Mundial y filántropos, persigue el objetivo de facilitar que los ciudadanos, independientemente del lugar en el que vivan y su nivel de renta, tengan acceso a las vacunas. Fuente El País