No hay manera más simple, ni un método de trabajo más elevado que la oración. Es la comunión suprema con Dios. A través de la oración, el ser humano se une lo mejor que puede con su Padre Celestial y cumple más perfectamente su voluntad. Por todo lo que hagas para lograr el bien, siempre pide ayuda y apoyo al cielo. Se persistente en la oración hasta que haya recibido respuesta. Si encuentran dificultades, obstáculos que frustran y obstaculizan sus altas aspiraciones, no se desanimen, sean pacientes y oren para unirse en el mundo razonable. Deje que trabaje también, porque es sólo de El mundo razonable, que usted puede esperar el verdadero apoyo. Para el discípulo, la oración se convierte en una necesidad profunda y convincente, porque así entra en contacto con las fuerzas supremas y puras que le unen con el gran todo universal. universal.
El poder de la oración se encuentra en esto: cuando el discípulo ora, implementa todas sus virtudes.
La oración debe contener las cualidades del amor, la sabiduría, la verdad, la justicia, la piedad y muchas otras virtudes. Si vas a Dios con una oración como esta, parecerás un árbol lleno de fruta madura.
Cuando Dios te vea preparado, se regocijará de tener cerca de él a un niño inteligente que tiene un lenguaje tan angelical y tan sublime. Es a través de la oración, aunque para decirlo sin rodeos no del todo correcto como la practicamos hoy en día, que los seres humanos han mantenido algo hermoso en ellos y reciben algo nuevo. Es a través de la oración que nos convertimos en los impulsores de fuerzas superiores y medios benévolos por los cuales toda la raza humana es apoyada.
Beinsa Douno.